Las selecciones no siguen la pauta de los equipos
Los brillantes resultados obtenidos por los clubes españoles en la Copa de Europa de fútbol durante los cuatro últimos años no se corresponden con las decepciones protagonizadas por la selección española.
Johan Cruyff y Vicente del Bosque emiten un diagnóstico parecido. 'España ha sido siempre una selección de segunda fila. Quizá, porque no hay un sentimiento excesivamente nacionalista', manifestó el holandés después de la goleada sufrida por España ante Inglaterra en febrero. 'España no ha sido nunca una selección potente', dijo el entrenador del Real Madrid.
Llorenç Serra Ferrer, ex técnico del Barcelona, en sintonía con los argumentos del ex seleccionador Javier Clemente, apostilló: 'Si la selección no tiene el espíritu competitivo de la Liga es por la saturación de partidos que padecen los futbolistas. Además, los clubes están reforzados por extranjeros de altísimo nivel'.
El reverso de la moneda se ha producido en un deporte más modesto: el waterpolo. Los clubes españoles sólo han logrado ganar dos veces la Copa de Europa (el CN Barcelona, en 1982, y el Catalunya, en 1995) mientras que la selección ha ganado los Juegos Olímpicos en 1996, el Mundial en 1998 y ha estado casi siempre en el podio desde 1991.
Gaby Cairo, capitán del equipo de hockey sobre patines del Barcelona, considera que la clave del dominio de los clubes españoles (han ganado 32 de las 36 ediciones de la Copa de Europa) es su competitividad y su gran nivel defensivo. 'Eso', dice, 'ayuda a ir a Europa y ser superiores. Hay jugadores españoles de gran nivel. Algunos están entre los mejores del mundo. La prueba es que la selección española es siempre candidata a ganar el Mundial. Y la argentina también, y el 90% del equipo jugamos en España. Los clubes son tan competitivos que se encuentran con que en Europa el nivel es incluso algo más bajo que en España'.
