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José M. Sicilia plantea un diálogo entre el arte y el lento paso del tiempo

El artista madrileño expone su obra más reciente en Barcelona

El nombre de todas las obras es Sin título, una indefinición que en este caso parece totalmente pertinente porque la sugerencia de la exposición es el paso lento del tiempo creando distintas atmósferas. Las obras realizadas con ceras han requerido la mínima intervención del artista, pero la máxima del tiempo. Algunas han necesitado hasta ocho meses de reposo horizontal antes que la amalgama de color, trementina y ceras se compactara, de modo que el resultado sorprendía al propio creador. 'Algunos de los cuadros reflejan el hecho de la falta de la luz, pues cuando terminaba con ellos los cubría con una tela', explica Sicilia, que considera esta acción como algo no premeditado. 'De hecho, tapaba las piezas para protegerlas del rocío'.

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Las obras son grandes formatos casi monocromos con pequeños toques de color y rugosidades fruto de la propia naturaleza de las ceras empleadas. Estas piezas fueron realizadas en Mallorca y recogen el trabajo de los últimos dos años. 'En el resultado final puedo comprobar si han absorbido la luz o fueron realizadas a oscuras, y también en qué estación del año fueron creadas'. Otro de los factores que han ayudado a Sicilia en la realización de sus creaciones ha sido el termómetro. 'Cada cuadro tiene un resultado diferente según la temperatura'.

También reciente es la obra sobre papel que Sicilia presenta en la exposición, obra que ha sido realizada colocando flores recogidas o compradas en París y prensándolas entre dos papeles. 'Casi no he intervenido', dice Sicilia al explicar el momento de concreción de la obra. Pero tras ese efímero instante hay cuatro años de observación y comparación de flores de distinta especie o de la misma, pero recogidas en diferentes territorios. 'Incluso llevaba una especie de diario con análisis comparativo de los colores de cada flor', explica el artista. En este grupo de trabajos es donde se hace más patente la importancia que da Sicilia al proceso creativo, por delante del instante en que concreta plásticamente su trabajo. 'De hecho, las flores las colocaba sin ningún tipo de premeditación, de manera espontánea. Para mí, el resultado de la obra es precisamente el proceso para llegar a esa obra', comenta el artista.

Aunque este trabajo represente su obra más reciente, Sicilia está trabajando con otra sintonía artística en estos momentos. 'En lo que ahora me ocupa puedo ver una continuidad con lo que ahora exhibo, pero sólo si lo miro de lejos'. Los ciclos en la obra de José María Sicilia se abren y se cierran, pero el artista nunca descarta un camino de retorno. 'Ahora', cuenta, 'he abandonado el trabajo con las flores porque considero que es una vía que ha finalizado su recorrido, pero quizá pueda retomarlo en algún momento'.

Este trasiego artístico se corresponde con la gran actividad expositiva que ha desarrollado José María Sicilia en poco más de un año. Desde el 2000 ha expuesto en las galerías Soledad Lorenzo y Estiarte, de Madrid; en la Tomás March, de Valencia; en la Abadía de Santo Domingo de Silos; en la sala de arte Chantal Crousel, de París; en el Musée des Beaux-Arts de Caen, y en Michael Hue-Williams Fine Arts, de Londres.

José María Sicilia, en la exposición de su obra en Barcelona.
José María Sicilia, en la exposición de su obra en Barcelona.SILVIA T. COLMENERO

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