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El Gobierno planea que el nuevo jefe del Cesid sea 'viceministro' y coordinador de inteligencia

Miguel González

El Gobierno planea elevar a la categoría de secretario de Estado o viceministro al nuevo jefe del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), que por primera vez será un civil, según fuentes gubernamentales. El plan, que se ejecutará por decreto y antes de que entre en vigor la anunciada ley sobre control del servicio secreto, incluye el traslado del Cesid a La Moncloa, ubicándolo en el Ministerio de la Presidencia. Según este proyecto, el nuevo jefe del Cesid será también el encargado de coordinar los servicios de información de los Ministerios del Interior y Defensa. El Gobierno quiere aprovechar el relevo del director del Cesid, el teniente general Javier Calderón, previsto para mayo, cuando cumple cinco años en el cargo, para abordar la aplazada reforma del principal servicio de inteligencia del Estado.

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El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, ha anunciado que iniciará en mayo los contactos con los grupos de la oposición para consensuar la nueva ley sobre control de las actividades del servicio secreto, que quedarán sometidas a la triple tutela de Gobierno, Parlamento y Poder Judicial.

Fuentes gubernamentales han recordado que toda la normativa reguladora del Cesid tiene rango de decreto, por lo que no es necesario el trámite parlamentario para modificarla. De hecho, desde el nombre del servicio secreto hasta el rango de su máximo responsable, pasando por su ubicación en el Ministerio de Defensa o el estatuto de su personal, están establecidos por decreto. El propósito del Gobierno es modificarlos, aprovechando el nombramiento de un civil al frente del centro por primera vez desde su creación en 1977.

El plan inicial era que el Cesid pasara de Defensa a Presidencia del Gobierno, de la que ya depende funcionalmente. Sin embargo, se está imponiendo la tesis de que dependa del Ministerio de Presidencia, con sede también en La Moncloa. Así, si se produjera algún escándalo, no salpicaría directamente al jefe del Gobierno, sino que habría un ministro cortafuego, que asumiría la responsabilidad política. La idea no entusiasma al vicepresidente Mariano Rajoy, pero las fuentes consultadas estiman que acabará asumiéndola por disciplina.

Simultáneamente se elevaría el rango del jefe del servicio secreto, actualmente un director general, a secretario de Estado. Este último sería, además, el responsable de coordinar a los distintos servicios de información del Estado: los del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, pero también el incipiente Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Cifas).

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El inconveniente de este modelo, similar al que tiene en EE UU el director de la CIA, es el recelo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a facilitar información a un coordinador que sería jefe de un servicio competidor. La nueva imagen se completaría con el cambio de nombre del Cesid, para lo que se barajan varias alternativas; entre ellas, la de Centro de Inteligencia del Estado.

Una incógnita

La identidad del nuevo jefe del Cesid constituye una incógnita. Los nombres que más suenan son los del secretario general de la Presidencia, Francisco Javier Zarzalejos, y del ex secretario de Estado para la Seguridad Ricardo Martí Fluxá.

La designación del primero obligaría a Aznar a renunciar, al menos en parte, a uno de sus más estrechos colaboradores y le dejaría fuera de la carrera por sustituir al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, cuando dimita para presentarse como candidato del PP a lehendakari. Martí Fluxá tiene la ventaja de haber coordinado ya los servicios de información en materia antiterrorista durante su etapa en el Ministerio del Interior.

El Gobierno se ha comprometido con el PSOE a informarle antes de proceder a la designación del nuevo jefe del servicio secreto. El compromiso no supone que este nombramiento vaya a ser objeto de consenso, pero sí que la persona elegida sea aceptable para el primer partido de la oposición.

Se da la circunstancia de que el jefe del Cesid es uno de los escasos altos cargos, al margen del presidente y algunos ministros, que despacha con el Rey, por lo que la tradición determina que su nombramiento se consulte con la Casa Real.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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