MEJOR DEPORTISTA MUNDIAL La historia, único rival Tiger Woods ha demostrado ya tanta superioridad ante los jugadores actuales que sólo intenta superar récords
Le preguntaron hace poco a Tiger Woods que por qué seguía con tantas ganas de ganar, que por qué tanta intensidad en el campo, que por qué seguía acumulando más horas en el campo de prácticas que cualquier otro jugador de golf, cuando ya lo había ganado todo."La verdad", contestó, "es que me encanta competir. ¿Qué desafío más grande puede haber que intentar vencer a los mejores jugadores del mundo?"
Woods mentía. O, mejor dicho, demostraba cierta economía con la verdad. Porque el desafío más grande al que se ha enfrentado Woods en el año 2000, y al que se seguirá enfrentando en el 2001, no tiene nada que ver con sus rivales de carne y hueso. Ya todos han alzado la bandera blanca; todos (Ernie Els, David Duval, Sergio García, Nick Faldo) han reconocido que Woods es, con mucha diferencia, el mejor.
No. El único rival que le queda al genio norteamericano, el único digno de atarle los zapatos, es la historia. Y él lo sabe perfectamente bien, como manifestó en una conferencia de prensa que dio en septiembre tras ganar su tercer torneo de Grand Slam consecutivo, el PGA de los Estados Unidos. "Los grandes son tan importantes", dijo Woods, "porque son los únicos torneos en los que te puedes medir contra los grandes jugadores del pasado".
Ahí está. Pero también podría haber agregado, "y los jugadores del futuro". Porque a lo que aspira Woods es a ser el mejor jugador de golf de todos los tiempos, habido y por haber.
¿Cómo le va hasta la fecha? Haciendo un análisis frío y, como es habitual en él, exigente consigo mismo, Woods, que hoy mismo cumple 25 años, tendría que reconocer que bastante bien.
Ya existe suficiente material para publicar un libro sobre los récords que ha batido desde que, a los 15 años, ganó el campeonato nacional de golf sub 18 de los Estados Unidos. Pero señalemos tres o cuatro de las estadísticas más notables que ha producido en los últimos doce meses.
Cuando ganó el Open Británico en el mágico escenario de Saint Andrews en julio, se convirtió, destronando a Jack Nicklaus, en el jugador más joven que haya ganado los cuatro torneos del Grand Slam, y cinco en total; el margen de 15 golpes por el que ganó el US Open en el magnífico y dificilísimo campo californiano de Pebble Beach superó el record de 13 golpes en un grande que impuso el Viejo Tom Morris en Escocia en 1862, cuando los negros en Estados Unidos seguían siendo esclavos; nadie en la historia del golf profesional ha logrado un margen promedio de victoria en cada torneo en que compite, la marca que ha impuesto Woods este año, de seis golpes sobre su más cercano rival.
Y ni hablar, por supuesto, del dinero. Aquí la única meta que le queda a Woods es vencerse a sí mismo. Acabó el año 1999 batiendo, multiplicándolo por tres, el récord anterior de dinero que había ganado en un año un jugador de golf profesional. Se trataba de 1.100 millones de pesetas. En el 2000, tras ganar 12 torneos, ha acumulado un 50% más, es decir, 1.700 millones.
Lo cual es una cifra irrisoria comparada con lo que ingresa en su cuenta bancaria como consecuencia de sus contratos con Nike (3.400 millones de pesetas anuales), Rolex, American Express, Chevrolet...
Y aún así sigue más obsesionado por ganar que cualquier otro jugador, sigue pegando cada golpe, según el jugador danés Thomas Bjorn, como si se tratara de un asunto de vida o muerte. Porque todavía está lejos de su primer gran objetivo histórico, que es alcanzar la cifra de 18 victorias en los grandes que ha impuesto Jack Nicklaus. El segundo gran objetivo es superar los 18 e imponer una marca que nadie alcance nunca, jamás.
Ernie Els, el que sería actualmente el mejor jugador del mundo si no existiese Woods, cree que todo es posible. "Ya es una leyenda", dice el surafricano. "Seguramente será más grande que Elvis Presley cuando tenga 40". Seguramente que sí. Hoy por hoy, a los 25, Woods es simplemente el deportista más grande del planeta. Que ya debe ser bastante motivo de satisfacción. Happy Birthday, Tiger.
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