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Una muestra rescata la pintura de Ocaña tras 16 años de olvido

Margot Molina

Ocaña fue siempre un showman, pero tras esa faceta provocadora que le llevó a convertirse en 1977 en protagonista de la película de Ventura Pons, Ocaña retrato intermitente, se escondía un artista. José Pérez Ocaña (Cantillana, Sevilla, 1947-1983) comenzó pintando paredes en su pueblo cuando sólo tenía 12 años y, tras su muerte, sus cuadros llegaron hasta el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. Desde entonces sus obras se han visto en raras ocasiones. Tras 16 años de olvido, la galería Cavecanem de Sevilla inauguró ayer una muestra con once de sus obras.

"Su faceta de showman eclipsó siempre a la de artista. De tal forma que, una vez desaparecido el personaje de Ocaña, su pintura se ha olvidado. Posiblemente no tenga una trascendencia internacional, pero este artista tiene un sitio en el arte contemporáneo español. Estoy convencido que los galeristas, además de sacar al mercado artistas noveles, tenemos la obligación de recuperar a los que han sido injustamente olvidados", comentó ayer Fernando Roldán, director de la galería Cavecanem y amigo de Ocaña. Con esta muestra, la galería impulsará un proceso de catalogación de la obra que, en su mayoría, es propiedad de la familia.La exposición, que podrá verse hasta el 29 de enero, incluye Premonición, el mayor óleo sobre lienzo que realizó (190 x 300 centímetros) y en el que el artista se autorretrata en 1982, muerto en su dormitorio de Barcelona y rodeado por sus amigos. Entre las obras, fechadas desde 1974 a 1983, se encuentran cuatro acuarelas que no se habían expuesto antes.

"Premonición es una obra especial porque representó su dormitorio de la Plaza Real de Barcelona tal y como era en realidad. Pero cambió la vista de la ventana por una de su pueblo", comenta Fernando Roldán quien aparece retratado en la obra junto a otros de sus amigos, como el pintor Nazario.

Campesinos y angelotes pueblan la mayoría de los lienzos de Ocaña quien, según el marchante sevillano, "era como una esponja" y en su obra puede verse la influencia de Chagall, Matisse, Modigliani y Henri Rousseau El Aduanero. Las selvas, tan características de este último, pueblan Autorretrato con cometa, una obra del 1982 que, como el resto de las que se exhiben no están a la venta y pertenecen a la familia del artista.

Ocaña, que se hizo famoso por su declarada homosexualidad y una actitud provocadora ante la vida, se trasladó a Barcelona en 1970, ciudad en la que vivió hasta su muerte, con 36 años. "Al principio trabajaba como pintor de brocha gorda, pero después logró vivir de sus obras y realizó varias exposiciones", explica Roldán.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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