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Sólo un 36,4% de los delegados aprueba la gestión de la ejecutiva saliente

El congreso de la Federación Socialista Madrileña (FSM) aprobó a medianoche de ayer la gestión de la ejecutiva saliente, dirigida por el renovador Jaime Lissavetzky, con el 36,4% de los votos a favor (225 votos), el 29,1% en contra (180 votos) y la abstención del 34,3% (212 abstenciones) de los delegados.Antes de debatirse el informe de gestión, presentado y defendido por Lissavetzky, el candidato guerrista Rafael Simancas ya había anunciado que los suyos se abstendrían (aunque finalmente algunos de ellos votaron en contra), al igual que el todavía entonces aspirante a la secretaría general, Jesús González Amuchástegui. "Sentimos un enorme respeto político y personal" por la Ejecutiva saliente, afirmó Simancas a su llegada al congreso. "Se trata de expresar una opinión negativa sobre la gestión de esta dirección, pero sin hacer leña del árbol caído", explicaba en los pasillos otro miembro de la candidatura guerrista.

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Los votos favorables a la labor desarrollada por el equipo de Lissavetzky durante los últimos tres años procedieron de los delegados que respaldan la candidatura de José Antonio Díaz, en la que se integran los renovadores por la base y buena parte de los renovadores clásicos.

En su discurso, el ya ex secretario general de los socialistas madrileños, después de seis años al frente del partido, confesó que "los peores momentos" de su mandato los había vivido al percatarse de que la FSM "ha llegado a perder grandeza política al confundir lo urgente con lo importante". "Aprovechemos este congreso para engrandecer al socialismo madrileño, gane quien gane mañana [por hoy]", concluyó.

El informe de gestión elaborado por la ejecutiva que hoy se despide admite que los "conflictos" internos en los que ha estado inmerso el partido "han proyectado la imagen de una organización ensimismada en sus problemas", y recoge también el "desdibujamiento del proyecto político socialista" sufrido en los últimos años. Reconoce además que en 1999 el PSOE perdió las elecciones municipales y autonómicas "sin paliativos".

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