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Tribuna:EL ASESINATO DE ERNEST LLUCH
Tribuna
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Buen hombre, buena víctima

La elección de Ernest Lluch por ETA como víctima-objetivo debería contribuir a hacernos más realistas y ayudarnos a distinguir entre lo que es puro terrorismo, y lo que son tantas nociones, intelectualmente pringosas, utilizadas en la pugna por el poder político en Euskadi. Podría decirse que ha sido un asesinato con mensaje. Mensaje muy simple, como propio de una organización exclusivamente terrorista, con muy buen curriculum, que organiza y comete acciones de diverso rango; que opera metódicamente y selecciona las mejores oportunidades para conseguir la máxima eficacia expresiva del terror mediante la semántica letal de sutiles combinaciónes de momentos, lugares, y características de las víctimas. Para esta acción, la víctima y la fecha han sido elegidos con maligna mano maestra. La fecha, víspera de la celebración del veinticinco aniversario de la proclamación del Rey, era perfecta para obtener la resonancia máxima del acto terrorista que constituye su objetivo constante: toda la alegría de la celebración del aniversario ha quedado empañada por el dolor, el estupor, la cólera impotente, y hasta el pesimismo. Quizás lo más peligroso. El terror, desde su guarida, ha conseguido alterar la programación de los actos históricos e irrepetibles del 25 aniversario de la proclamación. Este año especial, las luces del Palacio Real no se encendieron para acoger la tradicional recepción. Hasta ahora han sido únicamente las movilizaciones ciudadanas para manifestar la obviedad de la repulsa popular, el único remate triunfal de las acciones terroristas.La elección de la víctima ha sido perfecta. Otro hombre bueno que cae a manos del mal, a lo largo de la Historia. Los dos tiros a la nuca de un hombre excepcionalmente bueno han redondeado el verdadero mensaje de ETA: "¿Que Ernest Lluch hubiera sido, por su especial personalidad y por su manifiesta simpatía hacia el pueblo y la cultura vasca, un mediador excepcional con ETA...?, ¡claro que sí! Y también otros de los que han caído ya. Pero, ¿pensáis que ETA quiere dialogar, pactar, negociar con la sociedad, con cualquier sociedad? Por fas o por nefas todos sois objetivos de ETA. ¡Viva el odio indiscriminado! El terror es así y únicamente persigue su propia eficacia".

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Contra el terror

Lo demás es retórica periodística para alimentar un clima de intereses partidarios que vende periódicos y acompaña el penoso caminar de los que ahora están menos dotados de medios de comunicación, sobre la cuerda floja de unas ortodoxias diseñadas desde el PP para que tropiecen sus oponentes políticos. Y fuera, en un desván abandonado de la opinión, quedan inéditas las simples nociones de nacionalismo, centralismo, naciones sin Estado, Europa de los pueblos, la otra Europa, etc., que van surgiendo sobre la marcha del desarrollo democrático. Cuestiones que tan serena y profundamente conocía y enseñaba mi amigo y compañero Ernest Lluch..

Eduardo Sancho es periodista

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