Novelas que parecen memorias
Comenta Francisco Rico que cada vez lee menos novelas, pero añade que está rodeado de jóvenes, como Jordi Gracia, que leen por él y le ayudan a seguir la actualidad literaria. "Cada vez me divierten menos las novelas", señala. "Ya decía Pla que quien lee novelas pasados los cuarenta es un tonto. A partir de cierta edad, nos gusta leer memorias, porque así uno se lee a sí mismo. Es curioso, sin embargo, que las novelas que ahora se escriben en España se parecen a las memorias, porque privilegian el punto de vista íntimo y personal". Entre los novelistas españoles actuales considera Rico que "los hay excelentes, como Javier Marías y Eduardo Mendoza, pasando por Álvaro Pombo, Antonio Muñoz Molina y Soledad Puértolas, que ya empiezan a ser autores consagrados y por encima del bien y del mal". "También hay jóvenes prometedores", añade, "como Martínez de Pisón, Ignacio Vidal-Folch, Javier Cercas, Marcos Giralt o Luis Magrinyà".
Preguntado por Pérez-Reverte, comenta el académico: "Aprecio mucho lo que hace con su capitán Alatriste. Tiene un gran interés para el lector, habla de un modo didáctico y pedagógico de la historia de España y gusta a gentes de muy distinto calibre. Son como los Episodios nacionales de Galdós, pero en el Siglo de Oro, escritos con una gran dignidad y sin pretensiones de novela experimental ni de obra con mensaje. Son el placer del relato puro. Creo que el fenómeno Pérez-Reverte es bueno para la literatura española. Que un español triunfe tira por fuerza de otros autores españoles".
En cuanto a Javier Marías, lo considera "un novelista insobornable, muy duro con el lector. Lo conduce por donde quiere y como quiere. Lo bueno es que el lector entra en el juego".
Al llegar a la generación de Mañas, Loriga y compañía, Rico se muestra más crítico. "Los chicos jóvenes que escriben sobre problemas de su generación y con el lenguaje de su generación creo que difícilmente sobrepasarán el estado actual", afirma.