Un atentado suicida contra un destructor de EE UU en Yemen se cobra seis muertes
El ataque de un terrorista suicida fue, según el Pentágono, la causa de la explosión que ayer destruyó parcialmente un buque de guerra norteamericano en el puerto yemení de Adén y mató de inmediato a seis marineros, enterró en un amasijo de chatarra a otros 11 y causó heridas a 35 más. Las sospechas de Washington se orientaron de inmediato hacia la red del millonario saudí Osama Bin Laden, que ya destruyó en 1999 dos embajadas estadounidenses en África, o hacia algún grupo islamista de la península arábiga pariente del Hezbolá libanés o el palestino Hamás.
Armamento sofisticado
La coincidencia de este suceso con la escalada de violencia en los territorios palestinos despertó gran inquietud en Estados Unidos. Un sombrío Bill Clinton compareció anoche ante la prensa en los jardines de la Casa Blanca para confirmar que el suceso de Adén "parece un acto terrorista". Clinton proclamó que sus autores serán "encontrados y castigados" y añadió: "Si su objetivo es alterar la política norteamericana de promover la paz y la seguridad en Oriente Próximo, ya puedo asegurarles que han fracasado".Aunque en un primer momento Madeleine Albright, la secretaria de Estado, y Janet Reno, la de Justicia, señalaron que no se conocían las causas exactas de la explosión, el Pentágono lo tuvo claro muy pronto. El Cole, un buque de la flota mediterránea que repostaba combustible en Adén, fue, según los portavoces militares, alcanzado por un solitario terrorista suicida que, a remo, aproximó una balsa de caucho al destructor e hizo detonar una cantidad enorme de explosivos que llevaba a bordo.
Condolencias de Yemen
Clinton ordenó de inmediato que todas las fuerzas navales, aéreas y terrestres de EE UU en todo el mndo incluida la metropoli fueran puestas en estado de alerta. El FBI envió equipos especiales a Adén y el Departamento de Estado recomendó un refuerzo de las precauciones a todos los norteamericanos en el exterior del país.
Con 350 miembros de la tripulación a bordo, el Cole se había detenido ayer en Adén para repostar durante un máximo de cuatro horas, en su camino desde el Mediterráneo al golfo Pérsico. El destructor cargaba sofisticado armamento Aegis y tenía como misión sumarse a las operaciones de bloqueo a Irak. En otras armas, el navío dispone de misiles antibuque Harpoon, misiles antiaéreos Standard, ametralladoras pesadas y torpedos, así como una amplia variedad de sensores y sistemas electrónicos de detección y búsqueda de enemigos, como el radar SPY-ID.La explosión abrió una tremenda brecha en el costado izquierdo de la nave y provocó grandes daños materiales y la pérdida inmediata de seis vidas. Dado que anoche seguían desaparecidos 11 miembros de la tripulación y otros 35 eran atendidos en hospitales, algunos de gravedad, el Pentágono anticipaba que el balance final de víctimas sería más alto.
La Marina estadounidense, según informó Daren Pelkie, portavoz en Bahrein de la Quinta Flota, había recibido "amenazas específicas" en los últimos días. Ninguna autoridad norteamericana quería citar nombres concretos como posibles autores del atentado. Pero el de Osama Bin Laden, considerado por el FBI el "enemigo número uno de Estados Unidos", estaba en todas las mentes. Los servicios de información tampoco descartaban la actuación de algún grupo islamista local.
En Londres una organización que dijo ser de raigambre yemení y llamarse Ejército de Mahoma-Ejército de Adén-Abyan reivindicó el atentado. Esa organización, aliada a Bin Laden, habría actuado en respuesta a la "tolerancia estadounidense respecto a la matanza de civiles palestinos".
Como muchos países árabes y musulmanes, Yemen ha sido escenarios en los últimos días de protestas callejeras, algunas de ellas violentas, por la actuación del Ejército israelí en la represión de las protestas palestinas por la visita del ultra Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén.
Fuentes del FBI señalaron ayer que la indignación por la muerte de decenas de palestinos amplía de modo extraordinario el número de sospechosos. "Puede ser Bin Laden, puede ser una facción de la OLP llamada Tanzim, puede ser Hezbolá, puede ser Hamás, puede ser un grupo yemení, puede ser un montón de gente", dijeron esas fuentes. Clinton, que pasó la noche del miércoles al jueves en su nueva casa de las afueras de Nueva York, fue despertado con la noticia de la explosión y, "horrorizado" por el suceso, se trasladó de inmediato a la Casa Blanca.
El presidente norteamericano recibió las condolencias de su homólogo yemení, Alí Abdalá Saleh, que había visitado a varios de los heridos y reiteró su "amistad" al pueblo estadounidense. En lo que parecía una repetición del célebre incidente del Maine en el puerto de La Habana, en 1898, Yemen se inclinaba por la hipótesis de que el suceso había sido provocado por una explosión en el interior del buque norteamericano. Pero el Pentágono estaba seguro de que la explosión había sido externa al buque y añadía que uno de sus oficiales había visto la maniobra de la persona que se acercó con la balsa neumática. La tripulación del Cole, informó la teniente Meghan Mariman, portavoz de la Marina, luchaba anoche "duramente" para mantener a flote el navío.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.