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Ska-P dedica su cuarto álbum a la inmigración y los malos tratos

El grupo sigue ejerciendo "la resistencia" en su disco 'Planeta Eskoria'

Tras vender 210.000 ejemplares de El vals del obrero y 180.000 de Eurosis, el grupo madrileño Ska-P acaba de poner en circulación Planeta Eskoria, un disco en el que se nota una mayor inversión monetaria en el sonido y la producción, aunque se mantienen incólumes las actitudes de lucha de una banda a la que le no gusta que la denominen radical, sino reivindicativa, como explica su cantante, Roberto Gañán PulPul: "Nuestra misión es concienciar a los que no tienen una conciencia de lo que sucede. Ése es el primer paso en la resistencia".

Planeta Eskoria es una colección de canciones en las que se citan los estilos musicales habituales del grupo -rock, ska, reggae-, siempre interpretados en clave festiva pero tratando de encontrar el equilibrio para que la música no reste fuerza a lo que cuentan los textos. En este caso, el título del álbum da una pista de por dónde pasa el análisis de la realidad del que participa Ska-P: "Sólo tienes que echar un vistazo a tu alrededor o mirar un telediario. Esto va mal, y todo por culpa del ser humano. Pero siempre somos optimistas y pensamos que luchando se consiguen muchas cosas. Por eso en este disco gritamos muy fuerte".Quizá las mayores voces vayan dirigidas al evidente problema de la aceptación de los extranjeros pobres que vive Occidente. De él se habla en varios temas: A la mierda, dedicado a los recientes sucesos de El Ejido, o Mestizaje, en el que se proclama una voluntad de integración total: "Hay que darle caña a esa basura de Ley de Extranjería que regula el paso de los países pobres a los ricos de una forma fascista. Queremos decirles a los inmigrantes que no todos los españoles pensamos como los que han hecho esa ley y los que la aprueban. Somos muchos los que les esperamos con los brazos abiertos, porque lo que traen es riqueza en forma de cultura". Otra canción referida a este tema es Lucrecia, recordatorio de la muerte violenta de una emigrante dominicana a manos de neonazis en 1991: "No debemos olvidar lo que pasó con Lucrecia, asesinada por ultraderechistas. Esto tiene mucho peligro".

También se habla de la precariedad laboral que viven los jóvenes -ETTS-, el Papa y la Iglesia católica -La mosca cojonera-, la situación en los astilleros asturianos -Naval Xixón-, y hay una emocionante denuncia de la situación que viven las mujeres víctimas de las agresiones de sus maridos. Sobre el tema Violencia machista afirma PulPul: "Esto ya parece una mala serie de televisión: un asesinato casi a diario y la justicia que parece dormida. Mucho hablar del tema y tal, pero al final siguen muriendo mujeres a manos de hijos de puta. Así que nuestro consejo es: 'Mujer, si no te protege la ley, defiéndete; abandónale y que le den por el culo. Sólo se vive una vez y lo demás no te sirve para nada si estás muerto'. Y no hablamos sólo del abuso físico, sino también del abuso psíquico o emocional, que está mucho más extendido aunque no se hable tanto de él".

Hay, no obstante, una laguna que les atañe tanto a ellos como a otros grupos y artistas ibéricos de marcado tono reivindicativo. Esa laguna se llama Euskadi. La postura de Ska-P al respecto es: "Hablar de Euskadi siempre es algo muy delicado, porque hay que vivir allí para entenderlo. En cuanto al grupo, Ska-P no hace una canción sobre un tema si no hay consenso, así que ésa es la razón por la que nunca le hemos escrito una canción a Euskadi. En lo que sí estamos todos de acuerdo es en que, si la mayoría del pueblo vasco desea la autodeterminación, tiene todo el derecho a conseguirla. Ahora bien, en cuanto a las formas, ése es un asunto diferente. Y con eso ya lo he dicho todo".

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