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Entrevista:

"Me encanta la carne cruda"

Pregunta. ¿Qué es la vida? ¿Un frenesí?Respuesta. Sigo sin saber qué es la vida ni qué es la muerte (esto espero tardar en saberlo). Pero sí le puedo decir que soy un enamorado de la vida. Es lo único que tenemos de verdad, y se te puede ir en un segundo o por un centímetro. Hay que aprovecharla.

P. Escribió el libro Lo que me contaron los muertos. ¿Qué es lo más gordo que le han contado, tras casi 4.000 autopsias?

R. Sería difícil decirlo. Todo lo que suponga vida y muerte es importante.

P. ¿Qué pudo decirle el cadáver del guineano Antonio Fonseca a Mayor Oreja y a la policía que no le contara a usted?

R. Yo creo que me ha contado más cosas a mí que a ellos. Se sigue sin reconocer que el cadáver presentaba traumatismos. El que lo desee que lea mi autopsia.

Perfil

A sus 72 años, este médico, ex decano de los forenses españolesy autor de varios libros sobre psiquiatría, delincuencia y patología del delito, es un hombre apacible y encantador y un conversador ameno. Miembro de una larga familia de médicos de tradición humanística, imparte clases de psiquiatría forense en la Universidad Complutense.

P. ¿Por dentro somos todos iguales?

R. Sí. La anatomía del negro, del blanco, del amarillo, lo que llamaban los clásicos la fábrica humana, es la misma.

P. O sea, que cuando hizo la autopsia a los marqueses de Urquijo no encontró ni rastro de azulete o de añil.

R. Nada.

P. ¿Qué le contó y qué le cantó Bing Crosby?

R. Me contó una delicia: su canto a la vida y su canto al golf, porque tenía una cara de sonrisa, de placidez... Y es que se había muerto jugando al golf, una de sus grandes aficiones. Así querría morirme: participando de la vida en aquello que me gusta.

P. ¿Por qué tiene el despacho lleno de esculturas de maternidades?

R. Eso quisiera yo saber. A lo mejor es que tengo un complejo de Edipo que no he superado.

P. Ganó la oposición con el número uno. ¿Era el rey de la tijera y la sierra?

R. No. Expresé mejor mis conocimientos.

P. ¿Cómo disuadió a los abulenses que creían que era un profanador de cadáveres?

R. A veces he tenido que estar protegido por la Guardia Civil, porque la familia pensaba eso. Y no sólo en Ávila. Yo he estado de forense en Ibiza, en Nájera y en Piedrahíta, hasta que en el 68 hice la oposición de categoría especial. Piense que, hace siglos, cuando los anatómicos pretendían abrir un cuerpo, los excomulgaban.

P. ¿El delincuente es siempre un enfermo?

R. Siempre, no. Pero, verdaderamente, cuando charlas de tú a tú con un delincuente, lo estudias, lo valoras, muchas veces te das cuenta de que hay algo terrible que ha fallado en él, no siempre por su culpa; otras veces,por los genes, por la herencia, por el entorno o por Julita.

P. ¿Y el juez es a veces un enfermo?

R. En algunos casos puede serlo. Vive una gran angustia, que es la patología de la responsabilidad.

P. Tras sus estudios sobre la relación entre la medicina y la justicia, ¿cuál ve peor en España?

R. La justicia, sin duda. Y que conste que tengo grandes amigos en la judicatura y creo que he sido un colaborador leal y honesto de la justicia. Pero están sometidos a unas presiones terribles. A mí no me gustaría ser juez. Yo les doy las bases y ellos que decidan. Juzgar es muy duro.

P. Su carácter de médico humanista, de larga tradición en nuestro país, ¿continúa actualmente en su profesión?

R. Entre algunos grupos de médicos, sin duda. Esa inquietud por escribir, por saber. Una de mis grandes frustraciones es la de no haber sido pintor. Me dieron un diploma por un cuadro que hice recién terminada la carrera. Me planteé qué ser de las dos cosas, y, como hubiera sido un pésimo pintor, dije: "Bueno, como médico puedo llegar a algo".

P. Lo que se hubieran perdido los muertos...

R. [Ríe] Efectivamente.

P. ¿Es usted capaz de entrar en una casquería?

R. Sí. ¿Por qué no?

P. ¿Come hígado, riñones, sesos?

R. Sí, sí. Los riñones me encantan. Los como sin ningún reparo.

P. ¿No le recuerdan nada?

R. No. Me los como con una satisfacción extraordinaria. Y uno de los platos que más me gustan es el steak tartare. Me encanta la carne cruda.

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