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Sydney 2000

Unas copas y a dormir al suelo

Isabel Fernández, nada más ganar la medalla de oro, no hacía más que repetir: "Aún no me lo creo, quizá cuando pasen unos días me lo creeré". Ayer, mientras veía con pena cómo Sara Álvarez, en los 63 kilos, y Ricardo Echarte, en los 81, eran eliminados en los primeros combates, empezaba a creérselo y no habían pasado ni 24 horas: "Me lo voy creyendo cada vez más, veo la medalla, la tengo, la toco. Estoy un poco zombie porque he dormido poco, pero muy relajada". La medalla estaba en el cuello de su marido y entrenador, Javier Alonso. Ambos tenían cara de sueño, pero la peripecia de la noche anterior lo explica todo. Se fueron del Exhibition Hall a tomar unas copas con varios integrantes del Judo Club Alicante y trataron de buscar un hotel para pasar la noche. No lo lograron. Encontrar una habitación en Sydney no es tarea fácil. No tuvieron más remedio que regresar a la Villa Olímpica y eran ya las cinco de la mañana. El problema fue que Javier, que no puede entrar en ella al ser sólo su entrenador particular, duerme en una furgoneta alquilada y que aparcan en las cercanías. Pero después de despedirse del grupo en las copas ya no se volvieron a encontrar y no pudo dormir en la furgoneta al no tener las llaves. Debió hacerlo en una silla en la entrada de la Villa, mientras Isabel, para no despertar a Sara, que competía horas después, también durmió en el suelo, aunque dentro.Sara, curiosamente, se mostró mucho más nerviosa que de costumbre e incluso Esther San Miguel, que competirá mañana en los 78 kilos, y que lamentó junto a Isabel su derrota, comentó que la vio arreglarse mucho más temprano que de costumbre, con una tensión diferente. La medalla de bronce en Atlanta, como Isabel, perdió de forma fulminante con la brasileña de origen japonés Ishi. Le marcó un yuko tras dos ataques, y aunque Sara acortó distancias gracias a un shido cuando la brasileña se defendía, en un contraataque la llevó al suelo y la inmovilizó a falta de 25 segundos. La única esperanza que quedaba era la repesca, pero Ishi debía ganar el siguiente combate y lo perdió ante la italiana Gal. Echarte acabó ante el argentino García, agarrotado y acusando la inexperiencia en su debú olímpico.

La sensación que dio ayer fue de tanta relajación tras la medalla de Isabel Fernández, que se pareció al hundimiento.

Pero hasta el viernes, aún quedan posibilidades de nuevas medallas. Hoy mismo, sobre todo, con Úrsula Martín en los 70 kilos, más que Fernando González en los 90.

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