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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Talento

El mestizaje musical vivió de nuevo una noche de gloria. Noche calurosa, a través de cuyas cortinas de escaso oxígeno traspasaba ese sentimiento de que todo va bien, asi que a divertirse toca. Comenzó el grupo zaragozano Especialistas, eterna promesa de sonidos que combina influencias calientes y mensajes suavemente canallas. A pesar de que la afluencia de público hasta ese momento era escasa, el trío principal de la banda -el vocalista Santiago Campo y los guitarristas Fernando de la Piquera y Ramón Marcen- supieron levantar el ambiente vespertino a base de las nuevas canciones de su último disco, Mundo Verbena, y su material más antiguo y conocido. En su línea, Especialistas ofreció un concierto para mover los cuerpos, en un nivel correcto y al que sólo se le pueden poner pegas cuando atacan ritmos de cumbia, porque parece que, en lugar de ellos, se va a arrancar a cantar Julio Iglesias; y ya es lo que les faltaba a los pobres. Bueno, y a todos los demás: que Julio dé la vuelta al marcador y se convierta en referencia.Estopa ejerció de estrella de la noche, y con razón. El caso de David y José Muñoz es atípico, porque, además de atacar rumbas y demás esquemas facilones, en sus letras hay auténtico talento que casa a Extremoduro con Kiko Veneno. Sería lástima que por el éxito de la raja de una falda su personalidad fuese a parar al saco de los graciosos veraniegos, estirpe esclava de la notoriedad en terrazas de verano para pijos. Este dúo de Cornellá, simpático y emocionante, contó con una poderosa banda, en la que destacaba el veterano batería y productor Sergio Castillo, y el apoyo de la siempre embrujadora voz de Chonchi Heredia, para desarrollar el repertorio de su primer disco homónimo y tremendamente exitoso (150.000 copias vendidas), que cala hondo.

Estopa y Especialistas Sala La Riviera

1.800. Madrid, viernes 30 de junio.

El público, que entonces sí abarrotaba el recinto, cantó hasta el último verso que la pareja ha compuesto, para felicidad de estos chicos de la calle con habilidad para la poesía directa. Poquito a poco, Como Camarón y, especialmente, El del medio, de Los Chichos, fueron algunos de los momentos más impactantes de una actuación que les mostró consagrados y razonablemente felices de la suerte -merecida- que han tenido. Su entrega y hacer son sobresalientes y es de ley que estén donde están, porque tienen talento, algo carísimo y difícil de hallar en este especial momento, de cantidad que no calidad, de la música popular española.

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