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Reportaje:RAÍCES

Místico, inventor, cineasta y poeta

Expertos reivindican la importancia del granadino José Val del Omar

"Quiero hacer un cine de imágenes motoras. Y de poesía motriz que mire a Dios al encuadrar y perseguir a la energía". Éste es un párrafo del Manifiesto de la Asociación de Creyentes del Cinema que el granadino José Val del Omar escribió en Madrid en 1935. Resulta difícil clasificar a Val del Omar. Como bien dice José Luis Chacón, responsable del área de cine de la Diputación de Granada, "no se le puede definir sólo como cineasta, de hecho siempre ha sido mejor comprendido por los artistas plásticos que por los propios directores de cine". "Él tenía que acudir a las proyecciones de sus películas para supervisar cada detalle como si se tratara del montaje de una exposición", comenta Chacón.Gonzalo Sáenz de Buruaga acaba de publicar un libro sobre el místico, inventor y poeta José Val del Omar. El libro fue presentado recientemente en el Festival de Cine de Huesca. El Festival de Cine de Amiens (Francia) coeditó la obra. Saénz de Buruaga, economista y profesor universitario, conoció a Val del Omar en 1956. A partir de aquel momento se convirtió en un estrecho colaborador que lo acompañó a los festivales de cine de Berlín y Cannes. Seis años después se casó con la hija de Val del Omar.

Al margen de la familia, una persona que ha contribuido bastante a la recuperación del legado de este peculiar creador es Chacón, tanto desde la Diputación de Granada como desde la Filmoteca de Andalucía en el periodo que fue director. "Hay bastante material rodado y muy poco conocido". En su opinión, el carácter precursor de Val del Omar le lleva a la conclusión de que si viviera en la actualidad combinaría el cine con Internet, el disco compacto o las nuevas tecnologías. En su vertiente de técnico e inventor -sistema Bi-estándar para televisión y cine, sonido diafónico, objetivo de ángulo variable (actual zoom) y otros más- recibió varios reconocimientos como el premio que logró en el Festival de Cannes en 1961 por los efectos de iluminación de Fuego en Castilla.

Para Rafael Tranche, que lleva varios años investigando con bastante rigor la obra de Val del Omar, era un inventor muy heterogéneo, porque "siempre buscaba el lado creativo de la técnica". "Se trata de un hombre multifacético. Tenía un espíritu abierto al arte, al pensamiento, a la técnica y al cine", dice Tranche.

Algo similar opina José Luis Chacón quien señala que a lo largo de la historia del cine español no ha habido nadie como él. "Sólo se podría citar a Segundo de Chomón por la aplicación que hacía en sus películas de sus propios inventos, pero Val del Omar, entre otras cosas, dedicó más de 50 años de su vida a esto". Para Chacón, "lo triste es que sólo conozcamos tres películas de una persona como Val del Omar, con una trayectoria tan dilatada en el tiempo y tan intensa".

Sáenz de Buruaga quiere traer a Andalucía el laboratorio fotográfico que tenía Val del Omar, donde hacía sus experimentos, que se encuentra en el mismo estado que el día de su muerte, el 4 de agosto de 1982. Si dentro de poco se conmemorará el 20º aniversario de su desaparición, en el 2004 se cumplirá el centenario de su nacimiento, efeméride que no debe pasar desapercibida, tal como manifiesta Sáenz de Buruaga. "Me gustaría que se reconstruyera todo el material fotográfico que tiene sobre Granada, una ciudad a la que retrató a lo largo de 70 años".

Homenaje en Venecia

Poco antes de morir José Val del Omar en un accidente de tráfico sus películas abrieron una antología sobre cine de vanguardia español en el Centro Pompidou de París. Cuatro años después, en 1986, era el Reina Sofía el centro de arte contemporáneo en donde se acogían sus trabajos.La Filmoteca de Andalucía también ha contribuido especialmente a reivindicar la obra de este artista. Primero de un modo simbólico bautizando una de las dos salas con el nombre de Val del Omar y más tarde, con José Luis Chacón como director, con la recuperación de su legado, que permitió, gracias a la labor del investigador Rafael Tranche y del realizador Javier Codesal, la reconstrucción de A cariño galaico.

En los festivales de cine también se ha recordado su obra. La Mostra de Venecia le dedicó un homenaje en 1994, donde se presentó el docudrama Ojalá Val del Omar, de la valenciana Cristina Esteban. Posteriormente, fue en los festivales de cine de Cádiz, Sitges, San Sebastián, Valencia y Valladolid donde se proyectó parte de su filmografía.

El nombre de Val del Omar ha servido también de inspiración a grupos de teatro, como La Fura dels Baus, o de música, como Lagartija Nick. Además, hay dos premios Val del Omar bien diferentes: el que se entrega en el Festival de Nuevos Realizadores de su ciudad natal y el que creó la Consejería de Cultura el año pasado para reconocer el trabajo de un andaluz en el audiovisual.

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