Una rara escultura de Joan Miró, instalada en su fundación de Palma
En 1982, Joan Miró, en el tramo final de su dilatada y genial vida creativa reunió imágenes repletas de incógnitas. A bastantes las denominó personnage, y quiso darles casi siempre vocación monumental, muchas veces expresando la fascinación por un desecho o un objeto doméstico. Una de estas metáforas, con rasgos y trazos indelebles del pintor, comenzó con una servilleta plegada y planchada, agigantada en bronce para ser escultura y apuntalada en una pata que parece de elefante. La obra, de la que se fundieron cuatro ejemplares en un taller de Verona, habita desde ayer en un punto de paso interior del blanco espacio que Rafael Moneo recreó para la Fundación Pilar y Joan Miró de Palma de Mallorca.La pieza desvelada para celebrar la festividad de San Juan, la onomástica del mecenas y el solsticio de verano, corresponde a un depósito indefinido de la Sucesión Miró, la entidad que gestiona los derechos de los herederos del artista (su hija Dolors; sus tres nietos, Emi, Teo y Joan, y la biznieta Lola). Durante todo el día de hoy en el centro palmesano se celebrará una jornada de puertas abiertas y se desarrollarán actividades para desvelar al pintor y su atmósfera recreada. En el museo se pueden ver una muestra de homenaje a Pilar Juncosa, la esposa de Joan Miró, montada con piezas familiares, otra exposición casi antológica de Eugenio Granell y un experimento visual de Fernando Bellver.
El nuevo personaje mironiano de bronce (185x110x64) es bastante verde y tiene la pátina delicada; aparece extraño y enigmático a la mirada del espectador. Es una fundición escasamente documentada en los estudios de Jacques Dupin y Alain Juffroy, y su instalación implica que ya son nueve los grandes trabajos escultóricos de Miró exhibidos en la fundación de Palma, que tiene, además, una amplia colección de obras de bronce de menor tamaño.
