Sanidad se niega a dispensar heroína con uso terapéutico mientras no se acredite su eficacia

El Gobierno no va a apoyar un programa experimental para suministrar heroína bajo control médico a los toxicómanos que fracasan en sus intentos de deshabituación. El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, aseguró ayer en el Parlamento que son precisos más ensayos clínicos de los realizados hasta ahora para lograr la evidencia científica de que el uso terapéutico de la heroína con los drogadictos irrecuperables es eficaz. Ésta es la principal conclusión del estudio realizado por expertos del Gobierno sobre las alternativas en el tratamiento de los toxicómanos.

El informe ha sido realizado por especialistas de Osakidetza y de la Secretaría de Drogodependencias a petición del Parlamento vasco. Ayer fue presentado por el consejero en la Comisión de Sanidad.El suministro terapéuitco de heroína lleva año y medio siendo debatido en España. Cataluña y Andalucía ya disponen de sendos proyectos, pero se encuentran en vía muerta debido a que el Ministerio de Sanidad no les ha concedido la autorización para ponerlos en marcha. Al tratarse de una droga ilegal, la cuestión ofrece muchos problemas legales. Hasta el momento, sólo en Suiza se ha desarrollado una experiencia de dispensación de heroína.

Experiencia suiza

El programa suizo mejora la salud y la integración social de los pacientes y disminuye los actos delictivos cometidos por éstos, pero, según Inclán, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no atribuye exclusivamente la eficacia a la heroína. Los toxicómanos del programa, recordó el consejero, se someten a un tratamiento integral, reciben atención médica, psicológica y ayudas sociales. Así, concluyó que no "es posible ver los efectos positivos de la heroína por si sola".

Inclán mostró su disposición a experimentar con la heroína "cuando se demuestre que es eficaz" y animó a las comunidades de Cataluña y Andalucía a desarrollar sus iniciativas. En un tono más severo, recalcó: "Jamás a un Parlamento se le puede ocurrir decir a Sanidad que utilice una medicación u otra para el cáncer de mama. Por lo tanto, yo no me voy a meter en una aventura, como es el suministro de la heroína, hasta que se demuestre que es bueno". Además, insistió en la idea de que "son los expertos los que determinan si es oportuno o no realizar un ensayo, no los políticos".

La otra conclusión del estudio es que la metadona es el opiáceo más efectivo en el tratamiento de toxicómanos. Osakidetza puso en marcha en 1991 el programa de suministro de metadona. En Euskadi hay alrededor de 5.500 personas adictas a las drogas, de las cuales 4.577 reciben algún tratamiento de desintoxicación en los servicios sanitarios y de ellos, 2.503 son tratados con metadona. Inclán enumeró las ventajas que ofrece este opiáceo: reduce el consumo de heroína, la actividad delictiva y la mortalidad en los pacientes y consigue retener en el programa a cerca de un 91% de los enfermos. Pero también cuenta con algunas limitaciones: entre un 20 y un 30% de los drogodependientes no se siente atraído por esta oferta terapéutica al no proporcionar la "euforia" que garantiza la heroína y una parte de sus usuarios sigue sin poder desengancharse de esta droga.

El informe también ha analizado otras alternativas a la matadona, como el tratamiento con laam, un opiáceo sintético de efectos más prolongados. Sin embargo, la muerte reciente de tres pacientes que tomaban este producto en Estados Unidos a consecuencia de problemas cardiovasculares ha llevado a Sanidad a paralizar su participación en el ensayo que realiza con otras comunidades.

IU y el PSE se mostraron disconformes con el Gobierno y animaron a Sanidad a "dar pasos más valientes". "Para algunos drogadictos la metadona es insuficiente", resaltó la socialista Gemma Zabaleta.

La Comisión de Sanidad volvió a debatir además sobre las narcosalas, las instalaciones para que los drogadictos puedan inyectarse en condiciones higiénicas. Inclán aseguró que en Euskadi no se produce una situación de marginalidad como en el barrio madrileño de Orcasitas, donde se va a abrir una narcosala. Ricardo Hueso, del PP, apostó por buscar alternativas para el control de los drogadictos porque "da muy mala imagen" cuando se pinchan. Inclán agregó que en algunos sitios donde se implantarán las narcosalas lo que les preocupa es que "no se vea el problema".