Más de 150.000 personas peregrinan a la Santa Faz en un clima de fervor y fiesta

Los alicantinos volvieron a cumplir ayer con una tradición de fervor religioso (no exenta de matices costumbristas y festivos): la romería al monasterio de la Santa Faz, donde se conserva uno de los pliegues del sudario con el que supuestamente la Verónica secó el rostro de Cristo en su camino al monte Calvario. Entre 150.000 y 170.000 personas, según cálculos de la Policía Local, participaron en la Peregrina, como popularmente se conoce a la romería.El buen tiempo reinante a la largo de la jornada animó a decenas de miles de vecinos a sumarse a la romería, que oficialmente comenzó a las ocho de la manaña en la Concatedral de San Nicolás. De allí partían los peregrinos, ataviados con el característico blusón negro y la caña con la rama de romero, divididos en dos comitivas: la cívica y la religiosa. A esta última, presidida por el obispo de Orihuela-Alicante, Victorio Oliver, se sumaron las autoridades políticas, encabezadas por el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, quien destacó "la gran manifestación de fervor" que supone la romería.

Tras recorrer unos siete kilómetros, primero por las angostas calles del casco histórico y, luego, a través de la calzada de la N-332, los peregrinos llegaron al monasterio de la Santa Faz. Allí se celebró una misa y se sacó del camerín la reliquia sagrada para ser venerada, un año más, por los peregrinos.

Superado este momento, los romeros comenzaron a pulular por las inmediaciones del monasterio: unos comprando objetos conmemorativos de las casetas, y otros en busca de un lugar para dar cuenta de las tradicionales viandas, es decir, la tortilla, el conejo con tomate, la coca y las habas tiernas.

Pese a la afluencia masiva de peregrinos, el acto se desarrollo sin incidentes, salvo los atascos de tráfico en los accesos al monasterio y las clásicas lipotimias y lesiones leves que afectaron a un total de 238 personas, según informó la Cruz Roja.