_
_
_
_
_

Suburbano presenta en vivo su disco recopilatorio 'Veinte años y un día' El dúo cuenta con la colaboración de Pastor, Aute, Guerrero y Guerra

Esta noche, el grupo Suburbano -Bernardo Fuster, de 47 años, y Luis Mendo, de 51- celebra en la Sala Galileo de Madrid la presentación de su disco Veinte años y un día. El álbum, que fue grabado en directo en dos conciertos celebrados el pasado año en el legendario Café de la Palma, cuenta con la colaboración de buenos amigos e ilustres protagonistas de la canción de autor española.

Gente como Luis Pastor, Luis Eduardo Aute, Pablo Guerrero o Pedro Guerra colaboran en el disco, un largo y reflexivo vistazo hacia las dos décadas recorridas por el ahora dúo. Para Fuster, "este elepé supone recoger en un disco en directo las 14 canciones que más nos gustan. No necesariamente las más conocidas, aunque estén algunas de ellas. También es, después de 20 años, permitirnos el lujo de tocarlas lo más desnudo posible, tal y como las hicimos". Arde París, La Tierra se mueve, Maky Navaja y, naturalmente, La Puerta de Alcalá son algunos de esos temas conocidos que se combinan con otros temas nuevos en una grabación que revela que, pese al tiempo transcurrido, aún se mantienen vivos los principios que en su día les pusieron a tocar juntos. Bernardo explica: "Suburbano nació con la única vocación de divertirnos, que es como se suele comenzar en la música. Luego nos preguntamos cuánto podríamos durar y pensábamos aquello de 'como duremos 20 años, esto va a ser la hostia'; y, mira, ya llevamos 20 años". Entonces muy alejada de lo que podía funcionar comercialmente en el momento, la música que empezó a hacer el grupo era popular o trabajada sobre el folclor, con alguna influencia rockera.

Sólo una canción

Era el influjo de los experimentales años setenta, como afirma Luis Mendo: "Comenzamos con un interés instrumental muy claro. En el primer disco sólo había una canción entre 10 temas. Lo fuerte del trabajo era el desarrollo instrumental, la influencia del jazz, la improvisación. Tal vez porque veníamos con la berza del rock sinfónico, lo que nos gustaba era hacer tremendos solos". Lo de cantar llegó seis o siete años después, como continuación de un proceso coherente para Mendo: "Primero vino el desarrollo instrumental y luego el desarrollo humano". Acompañado vino éste de la mano de Luis Pastor o Luis Eduardo Aute, los cantautores con los que el grupo empezó a colaborar como banda de acompañamiento o de sesión: "Eso nos marcó un poco el camino a la hora de componer temas propios. De hecho, alguna vez nos hemos definido como un cantautor doble".

No obstante, los inicios fueron tan difíciles como los de cualquier otro músico que empieza y más en su caso, debido tal vez a que los años ochenta exigían otros parámetros musicales. No obstante, todo habría de cambiar merced al éxito de un tema suyo en las voces de Víctor Manuel y Ana Belén: La Puerta de Alcalá. Fuster cuenta así la historia: "Hasta entonces, nosotros habíamos compuesto una serie de canciones con las que no pasaba nada. La Puerta de Alcalá iba en un bloque de unos veinte temas que ofrecimos a todas las casas de discos. Todas nos dijeron que no. En concreto, nos decían que esa canción no tenía ningún sentido, porque era atípica y muy larga. Pero, a raíz de que Víctor y Ana la grabaron y empezó a funcionar, vinieron las mismas casas de discos que nos la habían rechazado a pedirnos las otras 19. Eso nos dio un nombre que nos fue abriendo puertas sin tener que estar mendigando atención". No obstante, con lo bueno, llegó lo malo en versión de Mendo: "Solemos decir en las actuaciones que esa canción disolvió el grupo, y es cierto. Nosotros la habíamos grabado en un disco autofinanciado porque ninguna discográfica nos quería y nos vimos arrinconados, y sin que pasara nada y, de repente, otros se lo llevaban con ella. Esa experiencia fue dura y jodida y nos planteamos dejar el grupo durante un tiempo. Después, cuando volvimos, no queríamos tocarla ni de coña".

Paralelamente a la tarea de grabar discos y componer canciones para ellos u otros artistas, Mendo y Fuster se dedicaron a otra labor por la que también han obtenido reconocimientos: la composición de música para 18 películas, entre ellas La vida alegre o Luna de lobos, y bandas sonoras para series de televisión: Maki Navaja, La mujer de tu vida o, más recientemente, Ellas son así.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_