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La rotura de los cristales, decisiva para la salud del herido

El hecho de que el cámara Jacobo Ovalle hubiera roto el cristal del coche de Francisco V. L., sumergido en el Manzanares, fue decisivo para que su cerebro sufriera menos, según han explicado a los familiares los médicos que atienden su caso.Cuando un coche con las ventanas cerradas cae al agua se forma una bolsa de aire en el interior del vehículo. Eso permite que las personas que se hallan dentro puedan respirar. Pero al no ser herméticos, los coches permiten poco a poco el paso del líquido, lo que puede llegar a producir el ahogamiento de sus tripulantes. La imposibilidad de romper con facilidad los cristales se debe a que la presión del agua es más fuerte que la del aire que hay dentro. Y a una temperatura de no menos de cuatro grados es normal que se produzca una hipotermia. Al bajar la temperatura del cuerpo a unos niveles anormales se produce lo que se conoce como una ralentización de las funciones vitales. Tanto la circulación como la respiracíón se hacen más lentas y el organismo requiere menos oxígeno. Puede producirse una parada cardiorrespiratoria, como a Francisco V. L.

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Cuando la parada está acompañada de una hipotermia, se debe reanimar un mínimo de 30 minutos a la víctima. En estos casos el órgano vital es el cerebro. Si éste deja de funcionar, la persona entra en coma. A partir de los tres primeros minutos de la parada se producen lesiones que pueden ser fácilmente recuperables; a partir de los cinco, los daños son generales en todo el cerebro, y de diez minutos en adelante las heridas ya son irreversibles. Se entra en un coma vegetativo.

Mecanismo reflejo

El de las hipotermias con paradas cardiorrespiratorias es un terreno sorprendente. Se han dado casos, por ejemplo, en los que un niño ha podido aguantar 40 minutos sin que se produjeran lesiones. Eso se debe, explica un médico, a que el cerebro de los pequeños aguanta mejor la falta de oxígeno. Hasta los 12 años se tiene un mecanismo reflejo conocido como espasmo-laringe, un cierre brusco de la laringe que impide que el agua entre con rapidez en el organismo. En los adultos, este mecanismo está desarrollado entre un 10% y un 20%.

El pronóstico ante un coma vegetativo es imposible de aventurar, aseguran los médicos. Y depende, muchas veces, del tiempo que se haya estado en parada cardiorrespiratoria. En el caso de Francisco V. L. se cree, según las primeras versiones médicas, que pudo permanecer unos 20 minutos bajo el agua. "Una persona en estado de coma vegetativo puede permanecer así indefinidamente. O puede despertar sin que haya sufrido ninguna lesión, como ha ocurrido en algunos casos que resultan sorprendentes y extraños. Ante situaciones así sólo queda esperar", asegura el especialista.

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