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La pugna por los últimos escaños

La Ley Electoral provoca ciertas curiosidades cuando se hace la distribución de escaños. La más significativa en las elecciones autonómicas del pasado domingo fue que de la acusada caída en escaños de Izquierda Unida (de 13 a seis) se ha beneficiado, sobre todo, el Partido Popular. Y no porque este partido haya tenido un espectacular crecimiento de votos (ha pasado de 1,466 millones de sufragios a 1,529, es decir, 63.000 más que en 1996) sino porque la desmovilización del electorado de izquierdas ha propiciado que los populares hayan rebañado escaños en seis provincias. El séptimo diputado que pierde IU lo araña el Partido Andalucista en Córdoba. Los resultados revelan que el PP se lleva el último escaño en cuatro provincias; el PSOE, en tres; e IU, en una. Como siempre, en las provincias en las que las diferencias de votos son más reducidas, las últimas actas de diputado se adjudican por un número mínimo de sufragios.

Las circunscripciones en las que el PP logra el último diputado son Almería, Cádiz, Granada y Huelva; el PSOE lo consigue en Málaga, Sevilla y Córdoba e Izquierda Unida en Jaén. En el caso del PP, el hecho de haber arrancado los últimos escaños en estas cuatro provincias se refleja en un crecimiento neto, es decir, cuatro diputados más respecto a 1996. Las otras dos provincias en las que el PP arranca un escaño más son Málaga y Córdoba, en la que IU pierde dos representantes en el Parlamento autonómico.

En el PSOE, el último escaño logrado en Málaga es el único que significa un crecimiento respecto a los últimos comicios (ha pasado de seis a siete diputados en esta provincia, que elegía un diputado más en juego por el aumento de su población). No obstante, el PSOE perdió el domingo un diputado en Granada, por lo que, globalmente, obtuvo los mismos escaños que hace cuatro años: 52.

Los resultados más ajustados en la pugna por los últimos diputados se produjeron en Almería y Córdoba. En la primera, el PP logró su sexto y último escaño por 21.073 votos, mientras que el PSOE se quedó a 1.843 de lograrlo. En Córdoba, el caso es a la inversa: el PSOE consiguió su sexto representante con 30.625 votos y el PP se quedó a 1.467 de adjudicárselo.

El PP ha obtenido esta vez un alto rendimiento a sus votos. Con 63.039 votos más que en 1996 logra seis escaños más que entonces. Hace cuatro años, en cambio, tuvo 228.728 votos más que en 1994 y perdió un escaño. Pero tampoco el PSOE sale mal parado. Pese a perder 129.160 votos, mantiene intacto su número de diputados.

Importante también es lo ocurrido en las elecciones generales en Sevilla, donde PSOE y PP presentaban a dos primeros espadas como Felipe González y Javier Arenas. El PSOE no ha notado la caída de su bolsa de votos (ha pasado de 521.000 sufragios en 1996 a 473.000 ahora, 48.000 menos) y tendrá siete diputados por esta circunscripción en el Congreso de los Diputados, igual que en los últimos cuatro años. Sin embargo, el descenso de IU (ha perdido 60.000 votos y un escaño) ha permitido que el PP llegue por primera vez, hasta los cinco diputados al Congreso por Sevilla. En los comicios autonómicos, el PSOE ha confirmado su fortaleza en la provincia sevillana, donde ha conseguido casi la mitad de todos los sufragios y 10 escaños, los mismos que en 1996.

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