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El IVAM descubre el "placer" de pintar de Alechinsky a través de 80 obras polifacéticas y experimentales

La primera gran retrospectiva en España de la pintura del belga Pierre Alechinsky, uno de los miembros más relevantes del grupo Cobra (Copenhage, Bruselas y Amsterdam), capta de inmediato la atención. Es difícil sustraerse al efecto que provocan la amplia variedad cromática, los rasgos gestuales y la presencia de múltiples motivos, desde el arte rupestre o los dibujos infantiles a la caligrafía japonesa, pasando por la imaginería popular. La exposición, inaugurada ayer en el IVAM, reúne alrededor de ochenta obras, incluyendo óleos, acuarelas, tintas y acrílicos. Muchas de ellas llevan marcado el singular sello del artista a través de una especie de bandas que, alrededor del cuadro, funcionan a modo de acotación y dan diferentes "tiempos de lectura", explicó ayer el comisario Daniel Abadie, de la parisina Galerie Nationale du Jeu de Paume, productora de la retrospectiva que se ha visto ya en varios países europeos y americanos. "Intento captar el ojo del que mira para que no se deslice al exterior. El mundo exterior es una gran competencia para la pintura", dijo Alechinsky (Bruselas, 1927) al respecto.Individualista y experimental, referente del informalismo europeo -admirado por Antonio Saura, aunque las obras del belga tienen un carácter mucho más optimistas-, Alechinsky afirmó que concibe la práctica de la pintura "como un placer". "Estoy seguro de que Picasso no habría pintado algunos cuadros de carácter bélico si hubiera visto una gota de sangre", apuntó el artista que vivió la II Guerra Mundial. "No puedo pintar y pensar en el horror. Me produce vómitos", y agregó: "Mis monstruos son simpáticos".

Su discurso razonado e irónico, que ha plasmado también en literatura, se refleja en la abundancia y la diversidad de su obra, que ha recibido múltiples influencias. Alechinsky aprecia la dificuldad que el público tiene para definirlo y considera "maravillosa" la ambigüedad que rodea sus obras. De formación clásica, su obra está trufada de elementos surrealizantes. No en vano frecuentó a los surrealistas en París y trabó amistad con André Breton. Su expresionismo es deudor, por otra parte, del belga James Ensor. También contactó con el mundo hispánico a través de su relación con Octavio Paz y del impacto que le provocaron las islas Canarias, recordó el director del IVAM, Juan Manuel Bonet.

La retrospectiva del museo valenciano (única escala en España), que se clausurará el 28 de marzo, va acompañada de sendas muestras sobre la obra gráfica de Alechinsky que se podrán ver a partir de hoy en la Universidad Politécnica de Valencia y en el Instituto Francés de Valencia.

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