Hasselbaink soluciona los problemas del Atlético

Un hasselbainazo sacó al Atlético del estado de estupor, que pudo costarle muy caro frente al Lens, equipo que hace honor a todas las condiciones del fútbol francés. En el equipo domina el mestizaje, con varios jugadores de ultramar, de gran estampa y bastante clase. Uno de ellos es Dacourt, protagonista del encuentro junto a Hasselbaink. Dacourt, un delantero espigado y muy rápido se convirtió en una pesadilla para los defensas del Atlético. Marcó dos goles soberanos, contestados por Hasselbaink con un gran tiro libre y un cabezazo espléndido.El Lens dio un repaso al Atlético durante los primeros veinte minutos, definidos por las continuas incursiones de los delanteros franceses y por la espectacular demostración de Molina en los mano a mano. La marea creció tanto que no hubo Molina capaz de detener la limpísima llegada de Dacourt, que evitó al envarado Ayala y picó la pelota por encima del portero. Tal y como estaba el partido, nadie daba un chavo por el Atlético. Pero Kiko provocó una falta y Hasselbaink enchufó el tiro libre como acostumbra, con un remate duro y raso que entró a un palmo del poste. Haselbainazo llaman a esta bomba indescifrable para los porteros.

El tanto de Hasselbaink tuvo una incidencia instantánea en el encuentro, que giró lo suficiente para ofrecer un duelo más equilibrado. Por puro corazón, el Atlético se sobrepuso a sus limitaciones, que en estos días son evidentes. El Lens dimitió y se enredó en el juego que quería el Atlético. Con un fútbol físico, el equipo de Ranieri cambió el signo del partido. En el medio campo, Hugo Leal combatió como un coraje extraordinario. Su animosa actuación contagió al equipo, que cambió su actitud repentinamente. Alrededor de Blanchard, el Lens jugó con criterio y precisión, dos condiciones favorecidas por un pusilánime Atlético, que veía el rondito sin mover una ceja. Tras el tanto de Hasselbaink, los equipos se cambiaron los papeles.

El Atlético decidió empujar con más fe que juego. Suficiente, en todo caso, para meter en dudas al Lens, que se replegó y desdeñó los beneficios que le había producido el control de la pelota. El partido se volvió muy peleado, pero cerca del área del equipo francés. Molina no volvió a intervenir hasta bien entrado el segundo tiempo. Claro que sus intervenciones volvieron a ser decisivas. Dos remates bárbaros de Dacourt fueron desviados acrobáticamente por el portero.

Con todo su corazón, el Atlético generó menos oportunidades que el Lens. Su dependencia de Hasselbaink resulta indiscutible, sobre todo con este Kiko menor, todavía lejos de su recuperación. Hasselbaink hizo su trabajo con la fiereza de siempre. Con demasiada fiereza en algún caso. Debió salir expulsado después de una entrada violentísima a Queudreu, pero el árbitro se rajó.

El partido derivó hacia un duelo Dacourt-Hasselbaink. A su excelente primer gol, el delantero francés añadió un tanto maravilloso. Su vaselina -difícil y delicada- superó a Molina. Hasselbaink arregló el asunto con un cabezazo estupendo, apenas un minuto después del gol del Lens. Este hombre no descansa.