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La marca de calidad de los cítricos arranca con unos 15 operadores

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cítricos valencianos arrancará la próxima semana, y la etiqueta se podrá ver en los envíos de una decena de operadores. En el acto de presentación, el presidente del consejo regulador, Enrique Blasco, justificó el arranque en la recta final de la campaña por la esperanza de que sirva de enganche para la próxima temporada. Por su parte, la consejera de Agricultura, María Ángeles Ramón-Llin, pidió que la UE no castigue a todo el sector por el fraude "de unos pocos".

Numerosos representantes del sector citrícola se reunieron ayer en el Palacio de Congresos de Valencia para lanzar la nueva marca de calidad. Según aseguró Blasco, "a través la IGP los productores y comercializadores de cítricos de calidad van a disfrutar de una protección y de un aval que les permitirá vender mejor el producto así como verán reforzada su posición en los mercados". Blasco no ocultó las dificultades que ha llevado aparejadas el proceso, lo que ha retrasado su puesta en marcha, prevista inicialmente para el comienzo de la presente campaña. A pesar del retraso y de que se entra en la recta final de la actual temporada citrícola, Blasco se mostró convencido de que los envíos que se realicen, y que empezarán la próxima semana, servirán de enganche para la próxima campaña. Según el gerente del consejo regulador, Juan Bautista Juan, "entre 10 y 15 operadores", básicamente cooperativas, se han acogido a la iniciativa.El lanzamiento tendrá el apoyo de una campaña publicitaria con el lema Cítricos valencianos, la mayor calidad del mundo garantizada. El consejo informará a los comerciantes extranjeros para hecerles ver las ventajas de comprar las naranajs con denominación. Los operadores que entren en la IGP utilizarán etiquetas identificativas junto a su marca comercial. En este sentido, Ramón-Llin, que participó en el acto, señaló que la IGP "no va contra nadie", en referencia a las reticencias del sector privado ante una contramarca que puede restar valor a las marcas comerciales ya consolidadas.

Ramón-Llin se pronunció sobre la investigación que realiza la UE sobre el fraude en la ayudas citrícolas y pidió que "el fraude de unos pocos no acabe con un castigo a todo un sector que ha mostrado ser el más honrado de la agricultura de la UE".

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