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Los Capa se atribuyen la propiedad de obras que les dejaron en depósito La familia del fundidor asegura que se trata de "cesiones verbales"

El fundidor Eduardo Capa, su esposa y sus cuatro hijos se han atribuido la propiedad de esculturas y moldes que algunos artistas habrían dejado en depósito en su taller de Arganda del Rey (Madrid). El 15 de diciembre de 1998, una semana antes de crearse una fundación sufragada con fondos públicos para exhibir las obras en Alicante, la familia acudió a una notaría madrileña para levantar un acta que recoge el reparto de 554 piezas, en algunos casos sin consentimiento del autor, herederos o propietarios de los derechos de las obras.

El escultor vasco Pedro Elorriaga se mostraba perplejo el viernes al conocer que los cuatro hijos de Eduardo Capa se habían repartido, en régimen de propiedad, seis moldes de escayola y dos de hormigón que llevó a la fundición de Arganda del Rey a finales de los setenta. Las piezas aparecen fotografiadas en el catálogo de la colección que se exhibe en el castillo Santa Bárbara de Alicante, y no se especifica que hayan sido cedidos por el autor. De hecho, Elorriaga recordó haber extraído modelos en bronce de dichos moldes en la fundición, y dijo que después olvidó pasar a recogerlos."Capa me ha dicho muchas veces que vaya a por ellos, y yo nunca me acuerdo, pero esos moldes son míos". El escultor añadió que Capa puede hacer de esas piezas "lo que quiera, hasta que yo se los reclame".

Lo que el artista no sabía es que, desde diciembre de 1998, sus moldes serían propiedad de Juan Eduardo, Fernando, María Soledad y Julia María Capa Sanz, según especifica un acta notarial incluida en el expediente que dio lugar a la creación de una fundación, a finales de 1998, en la que participan el Ayuntamiento de Alicante y la Generalitat Valenciana, para exponer las obras con carácter permanente y organizar actividades didácticas.

Enterado de esta circunstancia, Elorriaga anunció que contactará con los Capa. "De algunos de esos moldes han salido piezas únicas, y no sé qué pretenden hacer con ello. Imagínense que les da por hacer más copias. Me meterían en un lío", señaló.

Parece que este caso no sería el único. El propio director técnico de la fundación, Fernando Capa, señaló que "muchas de las piezas de la colección no tienen documentos, pues fueron regalos o cesiones por acuerdos verbales entre el escultor y mi padre".

Virginia del Rebollar, sobrina del escultor asturiano Sebastián Miranda, fallecido en 1975, también se mostró escéptica ante la posibilidad de que las obras de su tío que aparecen en el catálogo fueran realmente donadas. "¿Ceder algo mi tío? ¡Jamás de los jamases!", exclamó al conocer que la escayola Madre amamantando figura como "cedida por el autor".

La sobrina de Miranda ha enviado a Alicante a una persona de su confianza para conseguir el catálogo, publicación que despierta interés en los familiares de otros artistas que, aunque prefieren el anonimato, se declaran sorprendidos por esas cesiones.

Una de las piezas emblemáticas de la colección, el Newton de Salvador Dalí, también está bajo sospecha. El molde de escayola es objeto de una investigación por parte de la Fundación Dalí, que quiere comprobar su origen y derechos de autor.

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