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EL JUICIO POR EL 'CASO LASA-ZABALA'

Corcuera contradice a Roldán y afirma que nadie le habló de matar a Dorado y Bayo

El ex ministro del Interior José Luis Corcuera desmintió ayer la declaración del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán en el juicio por el caso Lasa-Zabala, y aseguró que nunca nadie le habló de una propuesta para matar a los guardias de Intxaurrondo Enrique Dorado y Felipe Bayo. Roldán había dicho que en agosto de 1991 el entonces secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera le encargó, a propuesta del abogado Jorge Argote, la eliminación física de ambos agentes para que no revelasen al juez Garzón lo ocurrido con Lasa y Zabala, pero que Corcuera se opuso.

El ex ministro, en tono rotundo, afirmó: "Nunca, jamás he tenido conocimiento de cuestiones de esa naturaleza".A preguntas del abogado de Rafael Vera, Manuel Cobo del Rosal, Corcuera precisó: "Nunca me han dicho nada de eso, pero es que si a alguien le planteasen algún plan para matar a dos personas no se le olvidaría bajo ningún concepto".

El testigo ironizó: "Afortunadamente éste es un país donde muchos dicen que están amenazados, pero nunca llega la sangre al río".

El ex ministro añadió también que desde 1990 decidió coger unos días de vacaciones en agosto y que por esa razón nunca coincidía con Vera, que era el número dos del Ministerio del Interior, y se cogía las vacaciones inmediatamente antes. Por ello, según dijo, es imposible que en agosto de 1991 Vera y él tuvieran una reunión con Argote y Roldán en la que supuestamente se habría hablado de matar a los guardias civiles Dorado y Bayo.

Enemistad

Corcuera además confirmó que Roldán tenía "enemistad manifiesta" con Vera, aunque a preguntas del fiscal admitió que la enemistad era recíproca.

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El ex ministro indicó que el secretario de Estado le llegó a pedir en dos ocasiones, en 1989 y 1991, el cese de Luis Roldán como director general de la Guardia Civil y que en aquel momento él no accedió porque estaba satisfecho con el trabajo que hacía. Relató que tuvo dificultades para conseguir que Vera continuase en su cargo y él tuvo que limar asperezas.

Preguntado sobre si Vera había dicho de Roldán en 1993 que era un indeseable, Corcuera respondió: "Dijo algo por el estilo. Él no quería seguir con una persona de la que tenía esa opinión".

El ex ministro negó que se hubiera interesado por los expedientes de incapacidad física y de pérdida de la condición militar de Dorado y Bayo y rechazó que hubiera autorizado a pagar un curso de piloto a Bayo, que supuestamente costó seis millones de los fondos reservados, y otros dos millones a la familia de este guardia para pagar un tratamiento psiquiátrico con el fin de comprar su silencio.

Corcuera admitió que el 23 de mayo de 1996, el día que ingresó en prisión preventiva el general Galindo por su implicación en este proceso, intervino en una rueda de prensa con Vera y el también ex ministro José Barrionuevo en la que dijeron que asumían las responsabilidades de Galindo y sus subordinados por este asunto. El ex ministro dijo que siempre ha puesto de manifiesto la profesionalidad y hombría de bien de Galindo.

Vargas también desmiente

El ex ministro de Defensa, Julián García Vargas, que también compareció ayer como testigo, desmintió igualmente el testimonio de Luis Roldán. El ex director de la Guardia Civil dijo el miércoles que a requerimiento de Argote se interesó ante García Vargas para que agilizase los expedientes de recuperación de la condición de militar y de inutilidad física de Bayo, como parte de las medidas adoptadas para evitar que el guardia revelase lo ocurrido con Lasa y Zabala.

García Vargas negó ayer este extremo, dijo que los expedientes de Bayo le pasaron inadvertidos y que Roldán se interesó por el de Dorado, pero de una forma confusa.

Aseguró que todos los expedientes se tramitaron correctamente y le pareció normal que los expedientes de incapacidad y de pérdida de la condición de militar de Dorado entrasen el mismo día en el Ministerio o que los trámites sobre la incapacidad hubiesen tardado sólo tres días en la Guardia Civil y diez en Defensa. Y agregó que ambos expedientes tenían vidas distintas y que el resultado de uno no afectaba al otro.

Tampoco le resultó extraño, que un tribunal militar considerase que no procedía la incapacitación de Dorado, porque el hospital que lo había tratado así lo aconsejó.

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