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Una real escultura

Una estatua de los Reyes diseñada por Antonio López se instalará en una plaza de Valladolid

Será una real escultura, por varios motivos: el primero y principal de ellos, porque representará a los Reyes de España; y el segundo porque, una vez construida, medirá -incluido su pedestal- algo más de tres metros de altura. La estatua, obra del pintor Antonio López y de los escultores Julio y Francisco López Hernández, será instalada en el patio herreriano del monasterio de San Benito de Valladolid, lugar que albergará este próximo año la Colección de Arte Contemporáneo que, vinculada al Centro de Arte Reina Sofía, reúne muchas de las obras y movimientos que se han generado desde 1918 hasta nuestros días.Por el momento, el Ayuntamiento vallisoletano ha comprado, por algo más de tres millones de pesetas, el boceto en bronce, de 83 centímetros de altura, 86 de ancho y 62 de profundidad, de lo que será finalmente esta escultura, que se basa en una foto de los monarcas perteneciente a Antonio López y que, a juicio de los autores, supondrá "una fusión de ideas sin división alguna del trabajo".

El esbozo presentado ayer por la corporación municipal de Valladolid, cincelado y patinado al fuego, y con don Juan Carlos y doña Sofía sentados, es asimismo parte de una de las pruebas rechazadas por el pintor Antonio López para el cuadro que desde hace meses prepara sobre la familia real.

Según relataron ayer los autores de la escultura, "la estatua surgió a partir de un encargo de la Concejalía de Urbanismo, que pidió una figura de grandes dimensiones para un espacio público de la capital de Castilla y León". Julio López dice que, tras recordar un boceto rechazado por el pintor Antonio López, de aquel encargo surgió la posibilidad de que fueran los Reyes los protagonistas de la escultura.

Esta idea de una gran estatua para un espacio urbano, que en un principio no motivaba en exceso a los escultores, empezó a ganar interés para los autores tras contemplar las pruebas del pintor. Los tres artistas, asociados al movimiento realista madrileño, aceptaron "realizar un trabajo conjunto, pero original, arriesgado y aleccionador". Para Julio López, lo importante del proyecto, junto a la creación en sí, es el hecho de tener que depender cada uno del trabajo del resto del equipo.

La importancia y las dificultades de esta escultura, que acompañará a una de las colecciones de arte más importantes del país, son aspectos determinantes en el resultado final. "En la historia del arte, los reyes han sido representados como seres especiales, fuera de lo corriente. Tenían un aditamento, unas vestiduras; representaban un poder, tenían un emblema que les revestía de algo superior", explica el escultor, quien afirma que eso ya no existe hoy día. "El rey democrático es otra cosa. Es un ser que se asemeja mucho a nosotros, que es dialogante. Eso es lo difícil de armonizar: la categoría real de empaque, de una cierta lejanía, y al mismo tiempo de una afabilidad y de un encuentro de ese ser superior y el espectador que va a verlo; éste es el desafío", afirmaba ayer Julio López, quien explicaba que en su obra, primera que realizan en estas dimensiones y sobre los reyes españoles, "lo verdaderamente difícil está en plasmar esa normalidad con una condescendencia desde lo real".

El patio herreriano del monasterio de San Benito, el lugar donde se ubicará la obra, se fundó como tal monasterio en 1390, después de que Juan I donara su alcázar de Valladolid a la Orden de San Benito para constituir "un monasterio de monjes prietos" (benedictinos de hábito negro) de tal rigurosidad que su encierro era de por vida, al igual que las monjas de los monasterios de Santa Clara.

Además de cuartel y cárcel, el monasterio de San Benito ha tenido importantes reformas; la última, la de su adecuación para dependencias municipales, que cederán próximamente sus salas a las más de 800 obras de autores como Benjamín Palencia, Ángel Ferrant, Baltasar Lobo, Díaz Caneja, Chillida, Tàpies, Nacho Criado, Pérez Villalta, Oteiza, Saura, Esteban Vicente, Barceló, Cristina Iglesias y José María Sicilia, entre otros muchos, pertenecientes todas ellas a la Colección de Arte Moderno.

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