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Solana confía en que la cumbre de la UE ponga en marcha el cuerpo europeo de defensa

La Unión Europea (UE) debe comprometerse "de forma clara y sin burocracias" a dar nacimiento en la cumbre de Helsinki, dentro de una semana, a una fuerza de reacción rápida de más de 50.000 soldados. Éste es el mensaje que lanzó ayer en París el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de los Quince, Javier Solana, en el marco del debate sobre defensa europea organizado por los diarios EL PAÍS, Le Monde y Frankfurter Allgemeine. Míster PESC advirtió de que la Unión puede poner en juego su credibilidad ante sus propios ciudadanos, así como ante sus aliados y terceros países si no expresa con claridad una voluntad de emprender acciones militares de estabilización.

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50.000 soldados en tres años

"Confío en que los Estados miembros manifiesten en Helsinki que están dispuestos a desplegar una fuerza armada para misiones de estabilidad fuera del perímetro de la Unión Europea", precisó Solana, antes de adelantar su descontento "si el resultado de Helsinki es burocrático, sin un acuerdo sobre la capacidad militar de respuesta". Pero tras haber completado una gira por todas las capitales de los Quince, Solana parece mostrarse, sin embargo, esperanzado en el éxito de la cumbre, que los próximos días 10 y 11 abordará en la capital finlandesa el proceso de ampliación de la Unión Europea y revisará su postura respecto a la candidatura de ingreso de Turquía. Será también, a su juicio, "un momento creíble para lanzar la política exterior y de seguridad común".Los Estados miembros tienen que definir en Helsinki "los mecanismos de toma de decisiones" en materia de defensa y de seguridad, que míster PESC agrupó en cuatro sectores: un comité de alto nivel político, un comité militar integrado por jefes de Estado Mayor, un consejo de ministros de Defensa y un Estado Mayor propio en el seno de la Unión Europea, sobre la base del acuerdo ya alcanzado por Francia, el Reino Unido y Alemania. Sin embargo, se mostró partidario de establecer criterios de convergencia "posteriores" en materia de seguridad y defensa, y no previos, como en el caso de la integración en la moneda única.

El director de Le Monde, Jean-Marie Colombani, fue el encargado de pronunciar unas palabras de bienvenida, en el gran auditorio de la Biblioteca Nacional François Mitterrand, a los participantes en esta edición del debate sobre seguridad y defensa, que su diario ha organizado conjuntamente con EL PAÍS y Frankfurter Allgemeine.

Bosnia y Kosovo

La intervención de Solana fue seguida de un coloquio moderado por el director de EL PAÍS, Jesús Ceberio, en tanto que Günther Nonnenmacher, director de Frankfurter Allgemeine, presidió una de las tres mesas redondas celebradas sucesivamente ayer en París. El limitado papel de Europa en materia de defensa frente a su creciente peso económico, la hegemonía de Estados Unidos en el seno de la Alianza Atlántica y la incapacidad de los europeos para resolver por sí mismos los conflictos que, como el de Bosnia-Herzegovina y el de Kosovo, han amenazado la estabilidad del continente fueron los principales ejes sobre los que giró el debate.

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En esa misma línea, Solana insistió en los valores que Europa puede "exportar", con la defensa de los derechos humanos situada en "el corazón mismo de la política exterior y de seguridad común", aunque ello implique el "reabrir la discusión sobre el derecho de injerencia" en terceros países. El ex secretario general de la Alianza Atlántica se felicitó también de que Europa haga oír su propia voz en la Organización Mundial del Comercio (OMC), al tiempo que gana protagonismo la sociedad civil en la conferencia de Seattle (Estados Unidos).

A primera hora de la mañana, el ministro francés de Defensa, Hubert Védrine, había abierto el turno de intervenciones con una invitación a EE UU a "compartir las decisiones" con una UE que va a reforzar su capacidad militar. Védrine defendió la voluntad de los Quince de dotarse de una fuerza autónoma para atajar las crisis que puedan estallar en Europa. "Nuestro objetivo es dotar a la UE de una capacidad autónoma sin prescindir de la pertenencia a una organización tan poderosa como la OTAN", advirtió el jefe de la diplomacia francesa, al tiempo que criticaba "el discurso ambivalente" de algunos sectores norteamericanos que creen ver en la autonomía militar europea "una amenaza potencial para la OTAN y para la posición dominante" de su país, mientras es la propia Administración estadounidense la que anima a la UE a contribuir con más medios económicos, militares y de seguridad a la solución de las crisis en Europa.

El secretario de Estado de Política Exterior y para la UE, Ramón de Miguel, afirmó en el curso del debate celebrado ayer en París que parece más importante construir "una Europa responsable y solidaria" antes que apresurarse en crear "una Europa fuerte". Para el diplomático español, la integración en materia de seguridad y defensa debe seguir la misma vía gradual que inspiró la construcción de las instituciones comunitarias para que pueda ser "explicado a la ciudadanía".

Inversión en estabilidad, bajo esfuerzo militar

La Unión Europea es la primera inversora en estabilidad en el continente, con decenas de miles de millones de dólares en los planes de reconstrucción de los Balcanes y en los acuerdos de estabilidad con los países del Este, pero el presupuesto medio en Defensa de los países miembros representa cerca de la mitad del esfuerzo económico de Estados Unidos. Ésta es una de las conclusiones barajadas por los expertos que participaron ayer en el debate sobre seguridad organizado en París por los diarios Le Monde, EL PAÍS y Frankfurter Allgemeine.Nicole Gnesotto, directora del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea Occidental (UEO), insistió en el reducido papel de la defensa frente al peso económico y demográfico de Europa en el mundo, que le acarrea una pérdida de coherencia y eficacia en su política internacional.

Los expertos norteamericanos que intervinieron en los sucesivos debates alertaron del "escepticismo" con el que se observa al otro lado del Atlántico el proceso de integración europea en materia de seguridad, cuando ha transcurrido ya más de medio siglo del final de la II Guerra Mundial. "La presencia militar norteamericana en Europa es un imperativo, por ausencia de alternativa real", afirmó Simon Serfaty, experto del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington.

Desequilibrio

Frente al aparente desdén estadounidense, el exprimer ministro francés Edouard Balladur recordó que EEUU ha salido beneficiado del actual desequilibrio de la OTAN. Aunque cree que la inestabilidad en Rusia "puede suponer aún una amenaza", Balladur recuerda que el enfrentamiento entre bloques del que nació la Alianza ha pasado a la historia.

El debate sobre la industria europea, presidido por Andrés Ortega, sirvió para que el francés Jean-Louis Gergorin, de Aeroespaciale-Matra, descartase un futuro "en el que la actual política de fusiones acabe con un único fabricante en toda Europa. Ni es viable para la gestión, ni interesa a la política de alianzas, ni es bueno tecnológicamente".

Juan Luis Cebrián, consejero delegado del Grupo PRISA, cerró el acto poniendo de relieve que, tal como había señalado Javier Solana, "Europa ha de exportar una estabilidad fundada en la democracia y el respeto de los derechos humanos". Cebrián, en nombre propio, pero también de los diarios Le Monde y Frankfurter Allgemeine, dijo asumir la demanda de Alain Richard para que "los periódicos europeos abran sus páginas a un debate crítico sobre la Europa de la defensa".

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