Familiares de desaparecidos aprovechan el regreso de los Ben Barka para pedir justicia
Vuelve a Rabat la familia del exiliado líder socialista marroquí secuestrado en París en 1965
La familia del líder opositor marroquí Mehdi Ben Barka, secuestrado y desaparecido durante su exilio en París en 1965 a manos de la represión del régimen de Hassan II, llegó ayer al aeropuerto de Salé-Rabat después de 35 años de destierro. Fueron recibidos por el ministro de Justicia, Omar Azimán, y por otros miembros del Gobierno que acudieron como militantes de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USPF). El germen de ese partido, que encabeza ahora el primer ministro, Abderramán Yusufi, fue la Unión Nacional de Fuerzas Populares, que lideró el desaparecido Ben Barka. Al aeropuerto también acudieron familiares de desaparecidos en Marruecos que clamaron por que "la verdad emerga".
El histórico dirigente de la izquierda marroquí fue secuestrado en pleno centro de París en octubre de 1965 por varios funcionarios de la policía francesa que supuestamente le iban a conducir a una entrevista con "una importante personalidad". Desapareció. Mehdi Ben Barka, el líder más carismático entre los opositores al rey Hassan II dejaba tras de sí una aureola de lucha por la libertad. El tribunal francés que juzgó a los responsables condenó a cadena perpetua por contumacia al general Mohamed Ufkir, el entonces ministro del Interior marroquí. En el juicio, celebrado en 1967, apareció la complicidad de los servicios secretos galos, del Mossad israelí y la CIA norteamericana. Pero las pistas que podían conducir al esclarecimiento del más que probable asesinato fueron oscureciéndose. Los informes del contraespionaje francés siguen sellados bajo "secreto de Estado".Rita, la viuda del opositor desaparecido, sus hijos Bachir, Saad, Mansour y Fawz, acompañados de sus respectivas familias, aterrizaron absortos y emocionados a las 11.35, hora local. El aeropuerto de Salé-Rabat era un hervidero. Medio millar de simpatizantes y seguidores de Ben Barka, dirigentes y militantes socialistas, veteranos del Ejército de la Resistencia en el que militó Ben Barka, miembros del Comité de Coordinacion de los Desaparecidos y de las Víctimas de la Represión, y un centenar de periodistas, esperaban la llegada de los exiliados. La prensa y los simpatizantes del dirigente presenciaron cómo diferentes cuerpos de policía y seguridad acordonaban la zona y recurrían a viejos métodos para impedirles el acceso.
"La verdad sobre el destino de los desaparecidos debe emerger hoy y mañana", coreaban centenares de manifestantes, que enarbolaban pancartas y retratos de Ben Barka y de otros represaliados. "Queremos justicia", clamaban.
Al pie del avión, el ministro de Justicia, Omar Azziman, dio la bienvenida y transmitió un saludo del rey Mohamed VI al hijo mayor, Bachir. Poco después, Bachir declaraba: "Nuestro primer pensamiento al llegar a Marruecos es para nuestra madre, Rita, que ha llevado el combate junto a nosotros, por la memoria de su marido, nuestro padre, Mehdi Ben Barka, que sacrificó su vida por la independencia de Marruecos y que combatió para al advenimiento de una sociedad democrática y progresista". Bachir agradeció al rey Mohamed VI "el interés que ha mostrado" para su regreso "y sus saludos de bienvenida". Horas antes, aún en París, Bachir subrayó que su "vuelta a Marruecos es un paso más en el esclarecimiento del secuestro y asesinato de Mehdi Ben Barka". La más que discreta presencia real, a diferencia de la acogida al líder de la extrema izquierda marroquí Abraham Serfaty a su vuelta del exilio en Francia hace pocas semanas, es interpretada en la capital marroquí por el embarazo que produce el caso Ben Barka, uno de los capítulos más cruentos de los años de plomo del reinado de Hassan II, el de las desapariciones y la represión violenta a toda disidencia.
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