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El PNV asegura que instar al Ejecutivo no va a impedir el cierre de Beyena

Uno de los momentos más intensos del pleno del Parlamento de ayer fue el debate de la proposición no de ley relativa a la central lechera Iparlat y al cierre de su planta de Bilbao, Beyena. Con una representación de los trabajadores en la tribuna de invitados, los partidos debatían sobre la necesidad o no de cerrar Beyena. La portavoz del PNV, Izaskun Bilbao, fue especialmente dura, tanto con la oposición como con el futuro de la planta. A la oposición le acusó de demagogia por cuestionar en el Parlamento una decisión que responde a la lógica de la eficacia empresarial. A los trabajadores les dejó bien claro que "instar al Gobierno no va a tener ningún resultado". Los nacionalistas plantearon que la idea de la empresa, de la que el Gobierno posee un 27% del accionariado, es facilitar el máximo de recolocaciones posibles. Sin embargo, aún no se ha alcanzado un acuerdo con los 80 trabajadores de Beyena. La empresa planteó un expediente de regulación de empleo que tuvo que retirar ante la huelga que se inició en la planta. Iparlat asegura, y así lo defendendieron ayer el PNV y EA, que la planta de Beyena tiene unos costes un 33% superiores a la de Renedo de Piégalo (Cantabria) y que éste era un motivo suficiente para trasladar allí su producción.

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Frente a esta tesis, el resto de los grupos parlamentarios mostraron su sorpresa ante la idea de que los partidos nacionalistas apoyaran una desinversión en Vizcaya para trasladar las instalaciones a Cantabria. Más aún cuando hace menos de cuatro años se realizó en Beyena una inversión de 900 millones de pesetas.

Al final, PNV y EA se quedaron solos. El resto de los grupos, incluido EH, transaccionaron una enmienda de cinco puntos instando al Gobierno a crear un plan industrial para Iparlat.

Al mismo tiempo, solicitaron que se mantenga la actividad de la planta hasta que se realice el plan, y en todo caso pidieron que si se llegaba a la reestructuración, se acudiera a prejubilaciones y recolocaciones del personal. Los dos últimos puntos, que pedían trabajar en la mejora de la calidad y solicitaban al Gobierno central que controlara la producción de leche fuera de cuota, fueron apoyados también por PNV y EA. El final del debate estuvo marcado por el toque de atención que el presidente del Parlamento, Juan María Atutxa, tuvo que dar a los trabajadores de la firma, que desplegaron una pancarta con la leyenda "No al cierre de Beyena".

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