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Portillo logra un trampolín para el liderazgo 'tory'

El exministro conservador de Defensa Michael Portillo celebraba anoche su triunfo en las elecciones de la circunscripción londinense de Kensington y Chelsea desde donde todos suponen construirá, tarde o temprano, su trampolín hacia el liderazgo de los tories. Fue un retorno a la política activa largamemente pronosticado tras dos años y medio de ostracismo desde la pérdida de su escaño en Westminister durante las últimas elecciones, en 1997. Portillo, de origen español, es visto por numerosos analistas como el sucesor natural de William Hague, el opaco líder de la oposición conservadora.Portillo lucía radiante cuando salió a las calles horas después de difundirse los resultados de la votación que le dio una nueva oportunidad de volver a la política. "Estoy absolutamente encantado", declaró el político de 46 años, cuya voluntaria confesión de haber tenido "experiencias homosexuales" durante sus años en Oxford causó furor el verano pasado. Pero ese episodio no hizo sino reforzar su voluntad de "transparencia" en un universo político manchado de mentiras y escándalos como los que estos días sacuden al partido de oposición al Gobierno laborista de Tony Blair.

La elección de Portillo por un margen de 6.700 votos frente a su contrincante laborista, Robert Atkinson, fue la mejor noticia que podrían recibir los tories tras una semana de desastres provocados por la revelación de que el multimillonario novelista Jeffrey Archer, el principal candidato conservador para las elecciones municipales de Londres en mayo, mintió a las autoridades sobre sus encuentros clandestinos con una prostituta y sus andanzas extramaritales con una de sus secretarias.

Eso fue exactamente hace una semana. El miércoles pasado, los conservadores se vieron en otro embrollo cuando se dieron a conocer detalles sobre contribuciones un tanto turbias efectuadas por el acaudalado tesorero del partido, Michael Ashcroft, que, a fin de eludir impuestos, mantiene sus cuentas bancarias en Belice.

Analistas políticos señalaban anoche que el retorno de Portillo entraña un desafío real al liderazgo de Hague y que, seguro de ello, el exministro de Defensa va a adoptar una postura moderada a sabiendas de que, tarde o temprano, se saldrá con la suya. Portillo seguramente pasará unos meses como simple parlamentario en los Comunes. Luego podría ser nombrado ministro en la sombra para Relaciones Exteriores, reemplazando a Francis Maude, cuya labor ha sido más bien inocua. Victorioso en una contienda disputada por 18 candidatos y provocada por el fallecimiento de Alan Clark, Portillo adquiere así máxima visibilidad en momentos en que los tories intentan recuperar la iniciativa para sobrevivir a la revolución Blair.

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