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FÚTBOL Competiciones europeas

Los médicos cargan contra la UEFA

Diego Torres

El duelo entre el Madrid y el Dinamo del miércoles fue el paradigma del espectáculo desarrollado a costa de la salud de los futbolistas. A 11 grados bajo cero y con un 95% de humedad las condiciones resultaron dramáticas. Según los médicos consultados, con esa temperatura los músculos pierden flexibilidad, el riego sanguíneo disminuye y aumenta la posibilidad de roturas musculares. "Nunca había visto una cosa así; consideramos que volver a Madrid sin ningún jugador con lesiones musculares ha sido un éxito", aseguró ayer el nuevo preparador físico del Madrid, Javier Miñano.

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Jorge Simó, ex preparador físico del Valencia y el Real Madrid, fue uno de los muchos especialistas que se quedaron perplejos al ver las condiciones en las que se jugó el partido del miércoles: "Yo sólo puedo decir que la UEFA es la única interesada en que se jueguen estos encuentros. Es evidente que los jugadores lo sufren. A este ritmo, con dos partidos por semana y compitiendo en estas condiciones, la carrera de los futbolistas se va a quedar en cinco o seis años al máximo nivel". Ángel Vilda, preparador físico del Benfica, fue más expresivo al dar su opinión en Onda Madrid: "Están matando a los futbolistas; es increíble que se juegue con esas temperaturas". Ramón Cid, entrenador de atletismo, observó con incredulidad el desarrollo del encuentro: "Hacer que los futbolistas disputen esos partidos es una burrada".Los testimonios de sufrimiento de los interesados, a 11 grados bajo cero, son escasos. Durante el partido, prácticamente no sentían sus propias manos, ni su cara. Con el desarrollo del encuentro, algunos, como el brasileño Roberto Carlos, sintieron que sus piernas no les respondían. Él pidió unos guantes en el descanso. Raúl no se molestó: "Hacía tanto frío que daba igual". Tenían los vasos sanguíneos contraídos por el frío y apenas les llegaba sangre a la nariz y a la punta de los dedos. En el "aspecto funcional", la caída del rendimiento fue inevitable, según Cid: "La baja temperatura disminuye la flexibilidad del músculo; las fibras se vuelven viscosas, y se pierde fuerza para realizar ejercicios... Aunque sufrir, sufren más los reservas y los espectadores, que están quietos".

El Madrid calentó durante 20 minutos en el vestuario antes de hacerlo en el campo. "Lo hicimos para aumentar la temperatura corporal y luego, a la intemperie, el contraste fue durísimo", recordó Miñano. "El terreno estaba helado, áspero como una lija, asustaba pensar en una caída".

El presidente de la comisión médica del Comité Olímpico Español, Rafael Blanco, explicó la consecuencia inmediata del frío: "Se produce una contracción muscular; los músculos se endurecen y corren el riesgo de romperse". El jefe de los servicios médicos del Atlético, José María Villalón, las llama "lesiones en las partes blandas, en los músculos y tendones". Y argumenta que "el músculo necesita la temperatura idónea para irrigarse, para recibir nutrientes que le permitan realizar su función". A 11 grados bajo resulta casi imposible.

"El otro riesgo evidente", apunta Villalón, "es el de las lesiones por traumatismos, provocadas por los golpes en un campo congelado". Untados con vaselina y enfundados en leotardos, los madridistas anduvieron por terreno resbaladizo en el estadio Olímpico de Kiev. Las botas, con multitacos, apenas se clavaron en el suelo. En ese escenario se produjo la única lesión del Madrid: Míchel Salgado se golpeó contra el campo y se produjo luxación de clavícula. Estará tres semanas de baja.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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