_
_
_
_
_
LAUREL

Verde oscuro

Resulta difícil a estas alturas de nuestra historia determinar con claridad de dónde es originario este árbol pequeño que tanto ha influido en la cocina y en la vida de los aromas y olores de la cultura mediterránea. Hojas sencillas alternadas en las ramas, robustas y aceradas en sus dos caras, con forma de punta de lanza de las que vemos en las películas de época. Al partir las hojas se libera un aceite que ofrece un intenso olor aromático inconfundible.Entrado ya con fuerza el otoño, en algunos barrancos de las sierras de Tarifa y Algeciras se encierra un hermoso proceso de germinación de los redondos frutos, que caen verdes para ennegrecerse rápidamente, sobre todo si las lluvias hacen acto de presencia pronto. No tardaremos en descubrir cómo echan raíces y dan un estirón inicial.

De los bosques de selvas húmedas, llamadas laurisilvas por el gran parecido de sus árboles con el laurel que pobló, según los expertos, grandes zonas de la cuenca mediterránea, a los escasos ejemplares que nos encontramos hoy de este árbol extendido por el hombre hay todo un cambio, no sólo climático. Humildemente intenta luchar con la compañía de quejigos, alcornoques y ojaranzaos en mantener y mejorar su sencilla población que, hacia el estrecho de Gibraltar, vigila al mar.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_