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Claudio Guillén gana el Nacional de Ensayo con 'Múltiples moradas'

"España ha salido del ensimismamiento en su propia historia", afirma el escritor

Claudio Guillén (París, 1924) obtuvo ayer el Premio Nacional de Ensayo, dotado con dos millones y medio de pesetas, con Múltiples moradas (Tusquets, 1998), un estudio sobre la literatura comparada. El escritor manifestó estar "turulato y sorprendido", porque no se lo esperaba en absoluto. "Soy un ser bastante marginal, he vivido muchos años fuera de España y siempre he hablado mal de la cultura organizada".

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Una cálida erudición

El escritor interpreta el premio como un cierto reconocimiento a su especialidad, que ha impartido en la Universidad norteamericana de Harvard y que no ha tenido buena acogida en España. En 1982 fue nombrado catedrático extraordinario y al año siguiente tuvo su propia cátedra en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero "sin crear un área de conocimiento, o sea, sin programa ni departamento". "Dos veces varios catedráticos pedimos al ministerio que la literatura comparada fuera considerada un área de conocimiento y ni siquiera nos respondieron".Guillén opina con optimismo que existe cierta sintonía con esta disciplina que aborda el estudio de la literatura en el sentido supranacional: las relaciones entre las diversas literaturas y nacionalidades (traducciones, influencias, épocas). "Hay una tendencia general a desechar los nacionalismos estrechos, excluyentes y agresivos. "Mi identidad"... eso es algo que nos obliga a definirnos por presiones externas. Los jóvenes viajan más y descubren que forman parte de varias comunidades. Pueden sentirse andaluces, españoles y europeos y que forman parte además de la comunidad latinoamericana". "Hasta no hace mucho, los especialistas españoles estudiaban los temas que tenían que ver con la propia historia de España. Ha habido grandes expertos en latín, griego, árabe o hebreo. España ha salido de ese ensimismamiento en sus orígenes. Hay ahora más estudios de filología y literatura inglesa, francesa, italiana o alemana, por citar algunos ejemplos".

Quedaron finalistas del Premio Nacional de Ensayo Lecturas compulsivas, de Félix de Azúa, y El hombre del abrigo, de Valentí Puig. El jurado, presidido por el director general del Libro, Fernando Lanzas, estuvo integrado por Alonso Montero, Lourdes Otaegi, Mauro Armiño, Juan Manuel González, Carlos García Gual, José Luis Molinuevo, José María Guelbenzu y Jon Juaristi.

Claudio Guillén, que se fue de España con su padre, el poeta Jorge Guillén, en 1939, conoció a Nabokov (que le ganó una partida de tenis), fue amigo de Josep Pla, es un entusiasta del jazz y sabe, como dice él, "los idiomas de Europa occidental", inglés, francés, alemán, italiano, portugués, catalán..., además del castellano, claro.

Complejidades

Múltiples moradas es "una defensa de la complejidad de la persona y de la complejidad de este mundo que nos rodea". Aunque no quiere generalizar, porque lleva a la simplificación, piensa que "la relación de Europa con sus emigrantes, con los hijos y nietos de éstos, será el origen de muchos y buenos frutos culturales". ¿Y si no les dejan entrar? "Entonces esta Europa aislada que no se conoce a sí misma perderá protagonismo cultural".

La satisfacción que le produjo ayer el premio se multiplica porque el lunes recibirá un homenaje en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, de la que es profesor emérito, con la presentación del libro Sin fronteras. Ensayos de literatura comparada de Claudio Guillén.

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