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El Supremo de Estados Unidos refuerza la independencia entre las iglesias y el Estado

El tribunal rechaza que los estudiantes de colegios religiosos perciban ayudas públicas

El Tribunal Supremo de EEUU ha emitido tres fallos que reafirman tajantemente la separación entre las iglesias y el Estado. Las sentencias, que afectan a tres importantes Estados, crean un significativo precedente en la legislación norteamericana. Los jueces se han pronunciado en contra de que se subvencione a los alumnos de colegios privados religiosos en Maine; han rechazado la creación de un colegio público para niños judíos incapacitados en Nueva York y han anulado la exención de impuestos a las ventas de libros y publicaciones religiosas en Pensilvania.

Los tres fallos del Tribunal Supremo de Estados Unidos han echado leña al fuego del debate nacional sobre si se debe o no subvencionar con fondos públicos la enseñanza en centros religiosos, mediante un sistema de vouchers (cheques escolares) u otras ayudas. En una de las decisiones, los jueces se pronunciaron esta semana a favor de subsidiar los estudios de alumnos que asisten a colegios privados laicos en Maine, mientras que denegaron ese derecho a los que van a colegios privados religiosos en el mismo Estado.El caso sienta un precedente legal en momentos en que varios estados están considerando implantar el sistema de "cheques", y otros estados, que ya lo intentaron, han sido demandados por organizaciones de derechos civiles. La polémica que se ha suscitado es espinosa por triple motivo.

El principal es el respeto a la sagrada norma constitucional norteamericana de la separación entre Estado e Iglesia; en segundo lugar, la controversia social de si la enseñanza privada se debe financiar con "cheques" de los contribuyentes, en detrimento de la pública. Y por último, porque la talla demográfica de EEUU -cerca de 260 millones de habitantes repartidos a veces por zonas remotas con poco acceso a centros de enseñanza básica-, y su diversidad religiosa -hay más de 200 denominaciones-, forzaría todo un entramado de requisitos para asegurar que el reparto fuera justo y no discriminatorio.

Este último fue el argumento legal que llevó a un grupo de padres cristianos de Maine a apelar al Tribunal Supremo. Según la demanda, sus hijos eran discriminados por su religión (violando el derecho constitucional de libertad de credo), mientras que los niños que no profesaban ninguna creencia pero igualmente iban a un colegio privado sí recibían subvención pública. El tribunal superior de EE UU lo rechazó de pleno, confirmando anteriores fallos de las cortes de Maine.

En un claro intento de establecer que con su fallo no estaban singularizando una religión en particular, los jueces rechazaron simultáneamente la creación de un colegio público para niños judíos incapacitados de una secta hasídica al norte de la ciudad de Nueva York. Y, por otra parte, anularon la exención de impuestos, hasta ahora vigente en Pensilvania, a las ventas de libros y publicaciones religiosas (al tiempo que dejaron intacta la exención fiscal a suscripciones a periódicos y revistas de información general).

La política educativa de los cheques ya la han declarado inconstitucional otros tribunales en los Estados de Pensilvania y Vermont. Mientras que en Ohio el tribunal estatal los ha mantenido, y en Wisconsin fue el propio Tribunal Supremo de EEUU el que rehusó invalidar un plan de cheques subsidiados a centros religiosos.

Actualmente, hay un pleito abierto en Florida en contra de los cheques escolares aprobados este año por el gobernador Jeb Bush. La organización que entabló la demanda contra el plan de Bush, Americanos Unidos, considera que el fallo de esta semana del Tribunal Supremo es trascendente. "Es una victoria muy importante. Los contribuyentes no deben ser forzados a sufragar la religión", afirmó el reverendo Barry Lynn, director de Americanos Unidos, una de las principales organizaciones norteamericanas que aboga por la separación Iglesia-Estado.

La Coalición Cristiana encabezada por el tele-reverendo Pat Robertson, que promueve las subvenciones a la enseñanza religiosa y ha financiado acciones legales en pro de la misma, cree, sin embargo, que nadie puede cantar victoria ni lamentarse por una derrota. La Coalición Cristiana sostiene que el fallo del Supremo en Wisconsin y otro reciente en Arizona que exime de impuestos a las donaciones a colegios religiosos, le deja espacio legal para seguir presionando.

Una frontera trazada a fuerza de sentencias

La religión no se enseña en los colegios públicos de Estados Unidos, pero la ley autoriza que se mencione como parte de la historia o que se hable de la Biblia, el Corán o la Tora judía como obras de la literatura universal. En lugar de la asignatura de religión los niños aprenden "valores cívicos" tales como honestidad, tolerancia, ética laboral y respeto a los derechos y propiedades de los demás.A los alumnos se les permite rezar porque ése es un derecho constitucional, pero sólo pueden hacerlo en los recreos y siempre que no molesten a los demás escolares. Los profesores, sin embargo, no pueden en ningún caso participar, promover o prohibir expresiones religiosas de los alumnos.

Aunque a primera vista puede parecer que la coexistencia entre el derecho a la libertad de credo y la separación entre Iglesia y Estado funciona como un engranaje perfecto, históricamente han sido los tribunales los que han trazado las fronteras. En 1962, el Tribunal Supremo declaró inconstitucional rezar en los colegios púbicos. Un año después falló sobre la inconstitucionalidad de leer la Biblia en los colegios. En las tres décadas siguientes los tribunales dictaminaron que los Estados podían prestar libros de texto a los colegios religiosos, pero no otros materiales, y en otra sentencia declararon ilegal la exhibición de nacimientos navideños en centros públicos.

Hay otros asuntos que no se han resuelto con fallos judiciales. Uno de ellos es el aborto y otro la educación sexual. Según la guía docente del Ministerio de Educación, "si un estudiante dice en clase que el aborto es malo porque Dios lo prohíbe, el maestro no debe mandarle callar ni ridiculizarlo ni asentir con la opinión".

Otro apartado de la normativa oficial hace hincapié en que, cuando se enseñe la abstinencia y los anticonceptivos, no se haga como si fueran principios religiosos. En un país con una gran diversidad religiosa, cada día se producen situaciones controvertidas en este terreno.

Por ejemplo, un juez mandó retirar en 1996 un retrato de Jesucristo que llevaba colgado treinta años en el colegio Bloomingdale High School, en Grand Rapids, Michigan, dándole la razón a un estudiante que alegó que el cuadro violaba la prohibición a los centros educativos de inmiscuirse en la religión. Y en el colegio Marshall High School de Lewisburg, en Tennessee, se prohibió una oración al comenzar los juegos de atletismo porque ofendía a una familia judía. Luego, ante las quejas de otra familia cristiana se acabó imponiendo en su lugar un minuto de silencio.

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