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Oskorri recupera para la memoria colectiva obras de Iparragirre

Maribel Marín Yarza

José María Iparragirre (Urretxu, 1820) forma parte de la leyenda musical del País Vasco y Oskorri se ha propuesto repopularizar y actualizar su repertorio. El grupo sale de nuevo a la palestra con Oskorri & Urretxuko herria, bueltan etxera, un disco doble editado por Elkarlanean que reúne 23 temas del compositor. El trabajo encierra el calor del directo, las emociones que sacudieron a los vecinos de la localidad natal del músico durante la grabación del disco el pasado 26 de junio.Este nuevo elepé no nace de la improvisación. Oskorri se volcó en la revisión de la obra de Iparragirre a principios de año, cuando el pueblo de Urretxu le brindó su singular propuesta. El grupo, encabezado por Natxo de Felipe, inició entonces una labor de investigación en toda regla, un buceo profundo en los archivos musicales, que ha destapado más de una sorpresa. Ni todas las canciones que se atribuían a Iparragirre nacieron de la mente del compositor, ni su repertorio se limita a las obras del cancionero popular que se han mantenido a lo largo del tiempo.

Entre las 23 canciones que recoge el disco figuran las canciones más populares de Iparragirre: Ume eder bat, Gernikako Arbola o Nere amak baleki. Pero también obras desconocidas, como puede ser Xardina berriak -encontrada en un ejemplar de la revista Euskaltzale de 1890- o Mairuen Bandera, una composición que sólo se ha mantenido en el pueblo de Antzuola. También se recogen siete nuevas canciones basadas en otros tantos poemas del artista.

Oskorri otorga su nombre a un trabajo en el que han participado más de 200 vecinos de Urretxu. La orquesta de la Escuela de Música Secundino Esnaola, los txistularis de Urretxu, los dulzaineros de Iratzarri o el grupo de folk de la localidad se han entregado en esta tarea casi de homenaje a uno de sus ancestros más insignes. El disco doble está acompañado por un libreto en el que se recogen las letras y su traducción al castellano y sus correspondientes partituras.

118 años después

El grupo siempre ha compaginado la composición de trabajos propios y la revisión de los repertorios tradicionales. En el caso de Iparragirre, la propuesta tiene una vigencia especial porque el compositor ha logrado perpetuarse en sus canciones 118 años después de su muerte. El compositor empezó a escribir y a componer desde muy joven.

En sus obras se dedicó a ensalzar la identidad vasca, a reflejar la añoranza por su pueblo, a través de los sentimientos humanos más puros. "Su música no es complicada, ni para virtuosos", como reconoció ayer Natxo de Felipe, pero la intuición de Iparragirre para plasmar el sentir del pueblo ha propiciado que permanezcan en la memoria colectiva. Con este disco, Oskorri renueva su repertorio, pero no deja de lado sus composiciones propias. El próximo año presentará un nuevo trabajo original.

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