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Reportaje:

El bache del síndrome premenstrual

La caída de estrógenos provoca alteraciones en el 80% de las mujeres en edad fértil

Irritabilidad, depresión, ansiedad, labilidad emocional, crisis de llanto, apatía, baja energía, disminución de la autoestima, predisposición a conflictos, comportamiento impulsivo, falta de inspiración, ideas confusas y dificultad de concentración son algunos de los síntomas psíquicos que conforman el síndrome premenstrual, un hecho fisiológico que sufre entre el 80% y el 90% de las mujeres en edad fértil y que en mayor o menor grado puede alterar los días del mes que van desde la ovulación hasta la regla. Además de síntomas físicos que pueden ser importantes, el síndrome premenstrual puede exacerbar también dolencias crónicas, como migraña, asma o epilepsia.

El síndrome premenstrual es un cuadro complejo, del que se han llegado a describir hasta 237 síntomas. Además de los psicológicos, los síntomas físicos más frecuentes son cansancio, acné, hinchazón general, aumento de peso, dolor de cabeza, sequedad del cabello, tensión mamaria, prurito o picor generalizado, alteraciones en el ritmo intestinal (diarrea y estreñimiento), aumento del volumen de la mama y dolor, vértigo y parestesias (hormigueos).A.P., de 42 años, licenciada en Derecho y propietaria de un bufete fiscal, ha estado a punto de perder algún importante cliente por no controlar la irritabilidad que le invadía unos días antes de la regla. "Lo que más noto es que esos días tengo un humor totalmente inestable, o no hay quien me aguante o me vuelvo hipersensible y me pondría a llorar por cualquier tontería. Esta irritabilidad y esta labilidad emocional es lo que más me altera", cuenta.

Según el ginecólogo Santiago Palacios, director del Instituto de Salud y Medicina de la Mujer, de Madrid, hay tres momentos bien definidos en la vida de la mujer en los que los cambios hormonales inciden directamente en el estado de ánimo: el periodo premenstrual, el posparto y la menopausia. Estas tres etapas están condicionadas por la bajada brusca de estrógenos, principales hormonas sexuales femeninas.

A partir de los 30 años

"El síndrome premenstrual", explica, "aparece sobre todo a partir de los 30 años, y comprende una serie de síntomas y signos que sufren la mayoría de las mujeres en edad fértil con más o menos intensidad en la fase luteínica del ciclo, es decir, en la segunda fase, que va desde la ovulación hasta la hemorragia menstrual".

Para poder considerarlo como tal, el síndrome premenstrual debe presentar cierto grado de intensidad, ha de expresarse con dos o más síntomas, éstos deben surgir a partir de la ovulación y desaparecer con la regla y tienen que presentarse en la mayoría de los ciclos del año. Existen cuatro patrones de presentación, según Palacios: en el primero, los síntomas empiezan con la ovulación y van aumentando a medida que avanza la fase luteínica para desaparecer al bajar la regla; en el segundo, los síntomas se presentan en cualquier momento de la segunda fase del ciclo y desaparecen con la hemorragia; en el tercero, los síntomas se manifiestan en la ovulación, desaparecen y vuelven a presentarse los días previos a la regla; en el cuarto, los síntomas empiezan con la ovulación, van aumentando y desaparecen al acabar la regla.

Según un trabajo epidemiológico dirigido por Palacios y realizado en 1996 sobre una población de 630 mujeres, cuyos resultados coinciden con los de otros trabajos internacionales, la gran mayoría de las mujeres con síndrome premenstrual se sitúan en el segundo y tercer patrón; entre el 30% y el 40% presentan síntomas con cierta intensidad. Pero entre estas últimas, sólo entre un 5% y un 10% acuden al ginecólogo.

L.S., de 37 años, empleada de banca, se identifica con el segundo patrón y sostiene que algunos meses se siente muy incómoda varios días de la segunda fase: "Lo que más noto es que me hincho y la ropa me aprieta. Y que no hay quien me aguante. A los niños les grito por todo y en el banco me notan el mal humor". Este proceso interfiere notablemente en la vida de la mujer y es un motivo, casi siempre camuflado, de absentismo laboral.

Fenómeno universal

Palacios recuerda que en el Reino Unido el informe pericial de un ginecólogo que certifique que la mujer tiene historia de síndrome premenstrual, unido a la corroboración de los testigos, se considera prueba eximente en procesos judiciales (agresión, homicidio, divorcio).Para Jesús de la Gándara, jefe de psiquiatría del hospital General Yagüe, de Burgos, "antes de conocerse bien se atribuía a cierto carácter neurótico o histérico de la mujer, pero hoy se sabe que no tiene nada que ver". El síndrome premenstrual es un fenómeno fisiológico y universal que se da en la población femenina de los países ricos y pobres: "Lo único que varía", matiza De la Gándara, "es la percepción que de él se tenga. Lo que se constata es que si la mujer lo reconoce, lo acepta y trata de no darle importancia, ya tiene ganado el 50% de su control".

De la Gándara afirma que en el 80% de las mujeres en edad fértil con síndrome premenstrual hay un variado abanico de intensidad. "Datos de algunos estudios de nuestro hospital indican que hasta un 40% deberían ser diagnosticadas, y entre ellas, entre un 8% y un 10% deberían recibir tratamiento. Un 28% de las que deberían ser diagnosticadas presenta síntomas importantes, pero sólo un 16% lo ha hablado alguna vez con su ginecólogo, únicamente el 9% son diagnosticadas y sólo una es tratada".

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