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BAM 99 / MOLL DE LA FUSTA

"Rap" de aquí, ritmo de allí

Dicen que aquí no funcionará, que nunca encontrará eco en el mercado y que su actual efervescencia es pasajera, burbujas de Alka Seltzer que pronto se disiparán. La realidad es terca, y a pesar de estos agoreros vaticinios, el hip-hop va ganando poco a poco un espacio que explicó que la primera noche de BAM estuviese dedicada casi monográficamente a este género musical. Resultado: 4.000 personas en el Moll de la Fusta con oídos dispuestos a dejarse rimar. De ello se encargaron los mejores de Cataluña, chavales que vienen de Girona, Terrassa o L"Hospitalet, chavales con camisetas de baloncesto, lengua fácil y caja de ritmos acentuando sus palabras. Ellos fueron los primeros reyes del BAM. Y desde luego hay que comenzar reconociendo que a nuestros rimadores les falta el empaque y la presencia musical no ya de los estadounidenses, sino incluso de la de franceses e italianos, vecinos que ya llevan tiempo haciendo suyo esto de las rimas. Y donde la distancia es mayor no es en los discos, donde alguno de los grupos catalanes ha conseguido capturar con brillo toda la fuerza del ritmo y de la palabra, sino en el directo, talón de Aquiles de gran parte de nuestras formaciones. Fue la noche del jueves el caso de Geronación, colectivo gerundense que aún se mostró demasiado verde y con escasos argumentos para enganchar a la parroquia con su verborrea. A Ari, una dominicana afincada en Girona, también le ocurre algo por el estilo. A pesar de su fuerza, el jueves torpedeada por una voz que no se encontraba en el mejor de sus momentos, su directo apenas brilló, y sólo tuvo empaque cuando apareció en escena Frank T, productor de su disco de debut. Con su apoyo ganó enteros un concierto que el público siguió con cierta frialdad, a pesar de que los recitadores se desgañitaron intentando despertarlo. Momentos inspirados Finalmente, Sólo los Solo se quitaron la espina de su irregular actuación en el Sónar y ofrecieron el mejor concierto de la noche, un concierto que, sin llegar a ser extraordinario, al menos tuvo momentos inspirados. Ocurrió con temas como Quiero que ahora me folles, Pues como no e Inspiración, tres de las piezas menos duras de su repertorio. La habilidad de Griffi en los platos y el apoyo que a Juan Solo le brindaron El Payo Malo y Eddine Said salvaron un concierto que tampoco fue triunfal a pesar de que el grupo, como los anteriores, jugaba prácticamente en casa. Y toda la frialdad de esta primera parte de la noche se disipó cuando apareció en escena DJ Hype, un pinchadiscos británico de drum & bass que compareció con un recitador de apoyo. Los ritmos descuajeringados, el recitado en clave ragga del rapper y la extraordinaria técnica de Hype en los platos pusieron en danza al público con una explosiva mezcla de drum & bass, techno, samplers y hip-hop que enfiló la mejor parte de la noche. Tras un set demoledor, DJ Zinc, colega de Hype en el colectivo Ganja Kru, alargó una noche que comenzó con palabras y acabó en danza.

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Aglomeración rockera y bailongo con salsa
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