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Greenpeace inicia en Barcelona una campaña contra los vertidos tóxicos en el Mediterráneo

Más de un millón de toneladas de productos tóxicos son vertidos anualmente en el Mediterráneo, según denunció la organización ecologista Greenpeace, que ayer, desde la nave Rainbow Warrior, anclada en el puerto de Barcelona, inició una nueva campaña contra estos productos que se desarrollará en España, Italia, Grecia, Turquía, Líbano, Israel y Malta. Xavier Pastor, director ejecutivo Greenpeace-España, afirmó que la campaña de este año se centrará principalmente en denunciar los vertidos tóxicos, sobre todo los derivados de la industria del cloro "por ser muy persistentes y por lo tanto contribuir en mayor medida a la degradación ecológica del Mediterráneo".

Pastor hizo un llamamiento al Gobierno español para que firme dos de los protocolos de la Conferencia de Barcelona de 1976 de protección del Mediterráneo y que además lo ratifique el Congreso. "No entendemos", añadió Pastor, "por qué el Gobierno no firma esos protocolos, cuando desde 1976 los gobiernos españoles los ha firmado todos". Los dos tratados que la Administración española no ha aprobado todavía son el de Fondos Marinos, pensado para proteger contra la explotación y la contaminación, y el de Residuos Transfronterizos, que tiene como misión evitar el traslado de sustancias contaminantes a los países más pobres. Para Pastor, "España debería ser uno de los países más interesados en que el Mediterráneo tuviera las aguas limpias, ya que una de sus industrias más importantes es la turística". La presión sobre los gobiernos será uno de los objetivos de esta campaña de Greenpeace que finalizará en Malta a finales de octubre, coincidiendo con una reunión de los países mediterráneos para tratar sobre problemas medioambientales. Para Greenpeace, la firma de protocolos no es suficiente para parar el vertido de productos tóxicos al Mediterráneo, un mar que sólo tiene el 1% de las aguas marinas de la Tierra, pero que soporta el 20% de los vertidos mundiales de hidrocarburos. "Los productos tóxicos", precisó Pablo Mascareñes, responsable de esta campaña, "contaminan el medio ambiente durante décadas y pasan a la cadena alimentaria y por lo tanto a las personas".

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