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El Prado es "un museo digno del nuevo milenio", afirma Elliott

Aznar dice que Velázquez está "maravillosamente ordenado"

La sexta visita de José María Aznar al Museo del Prado como presidente del Gobierno duró noventa minutos y tuvo como motivo la inauguración de las salas de Velázquez y de la pintura española del siglo XVII. Al final del recorrido, Aznar consideró "excelente" y "maravillosa" la nueva presentación de los cuadros de Velázquez. Los elogios se contagiaron entre los asistentes. "Es un museo digno del nuevo milenio", afirmó el historiador John Elliott.

Los historiadores del arte e hispanistas John Elliott y Jonathan Brown, especialistas en Velázquez y la corte de Felipe IV, coincidieron ayer en la presentación del nuevo montaje de las cinco salas de Velázquez. En la sala basilical, con Las meninas rodeadas de bufones, Brown elogiaba la iluminación que cae sobre todas las paredes desde la claraboya. "La luz es indispensable para ver los cuadros de Velázquez".John Elliott consideraba milagrosos los cambios en el museo a partir de la reforma de las cubiertas, con las nuevas salas, decoración y pavimentos. "Es un museo digno del nuevo milenio. Es espléndido, fenomenal. El plan museológico es muy coherente y las instalaciones son magníficas. Es un triunfo".

El presidente Aznar hizo una breve declaración al finalizar su visita para mostrar su satisfacción por las obras realizadas en el museo. Ante una pregunta sobre los pactos políticos, dijo: "Creo que Velázquez ha quedado maravillosamente ordenado". La visita se limitaba en un principio a la inauguración de las cinco salas de Velázquez, que presentan 46 cuadros con una nueva ordenación y entelado de las paredes.

Comentarios en la 12

La sala 12, el corazón del museo, con Las meninas, fue recorrida con detenimiento, con paradas en los 18 lienzos, entre ellos, Los borrachos, La fragua de Vulcano y el retrato ecuestre del conde duque de Olivares. Aznar recibía explicaciones y comentaba aspectos de los cuadros con el director del museo, Fernando Checa, y el presidente del patronato, José Antonio Fernández Ordóñez, a los que se unían en algún momento el ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy; el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés; la subsecretaria de Educación y Cultura, Ana María Pastor, y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano. Después siguieron por las otras salas, donde se agrupan los cuadros que decoraron la Torre de la Parada y el Salón de Reinos, la pintura religiosa, los paisajes y sus últimas obras. Los invitados, entre los que se encontraban políticos, como Esperanza Aguirre, Íñigo Cavero, Juan Antonio Gómez Angulo; miembros de instituciones culturales, como el duque de San Carlos, Jaime de Marichalar, José Guirao, Juan Manuel Urgoiti, Fernando Chueca; empresarios, como Jesús de Polanco y Alberto Alcocer; los arquitectos de la reforma de las cubiertas, Dionisio Hernández Gil y Rafael Olalquiaga, y los ingenieros de las empresas constructoras, siguieron la comitiva. Aznar quiso ver la ordenación de la galería central, con Ribera y Murillo, y la planta baja, donde se detuvo ante obras de El Bosco, los Leoni y El Greco. Antes de marchar, Aznar confesó: "Cuando deje de ser presidente del Gobierno quiero ser presidente del patronato del Prado".

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