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El 'afeitado', prioridad del nuevo director de Asuntos Taurinos

"A la plaza de Madrid no pueden venir toros afeitados". Jorge García Lorite, de 62 años, estrena cargo y preocupaciones. El nuevo director gerente del Centro de Asuntos de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid se expresa contundente sobre las prioridades del cargo: "Ante todo, y además de velar porque se cumplan las condiciones del pliego de adjudicación de la plaza de Las Ventas, se trata de satisfacer a los aficionados. Al fin y al cabo, son los que pagan la entrada". Dicho lo cual, la promoción de jóvenes valores, la seguridad de la plaza, las reformas estructurales pendientes y el cuidado en la composición de los carteles de las dos corridas (la del Dos de Mayo y la de Beneficencia) a cargo de la Comunidad completan el plantel de quebraderos de cabeza a estrenar. "Por encima de todo", aquí habla el aficionado, "está el asunto de las caídas. Cuando los toros se caen, sobra todo". En efecto, García Lorite se define en primer lugar como "aficionado de toda la vida". Desde hace 12 años, sobre él recae la responsabilidad de organizar los cursos de verano de la Universidad Complutense a vueltas con el mundo de los toros. Abogado y profesor de Derecho Internacional Público, este madrileño llega al puesto después de que, según fuentes de la Consejería de Educación, de la que depende el centro, Rafael Puente-Villegas haya renunciado al cargo.

El viento

Sobre la mesa de trabajo aún permanecen algunos de los proyectos del anterior director. El más vistoso: los estudios encargados a la Universidad Politécnica de Madrid sobre el asunto del viento en la plaza y la posibilidad de cubrir en parte los tendidos. "Las Ventas es un edificio protegido. Cualquier reforma o innovación hay que estudiarla detenidamente y con mucho tiento", afirma, y abunda en el escepticismo: "En cualquier caso, siempre ha habido viento en la plaza. No se puede decir que forme parte de su idiosincrasia, pero... también en días de fuerte viento se han cortado orejas. Definitivamente, no es una prioridad".Las prioridades hacen mención a la integridad de la fiesta. Además del afeitado, el director gerente se muestra preocupado por las infracciones más evidentes del reglamento. "Es cierto que nosotros no tenemos ningún poder sancionador. Eso es asunto del Ministerio del Interior. Sin embargo, sí es misión nuestra vigilar y, en consecuencia, influir para que las sanciones pertinentes se lleven a cabo", comenta. La reiterada rueda de peones, la insistencia en los derrotes contra el burladero o la costumbre convertida en vicio de tapar la salida del toro en el tercio de varas son algunos de los asuntos pendientes de vigilancia.

En otro orden de cosas, el gerente no deja pasar la oportunidad para reclamar un poco de tiempo, quizá paciencia, y anunciar el proyecto de ampliar el museo taurino.

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