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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Escenas galdosianas en el metro

Viaje, viaje usted, señor alcalde, en las líneas 5, 9 y 10 (por no citarle otras). Acto primero: suele durar dos o tres minutos, lo que tarda en llegar el tren a la próxima estación. Actor: persona (preponderantemente femenina) con aspecto desaliñado, tullido, arrastrándose con dos muletas (según los casos), con un gran cartel colgado del cuello (escrito en muy mal castellano), indicando cuál es su situación, canturreando una especie de lamento ininteligible. Al sorprendido viajero se le encoge el corazón y se le revuelven las tripas, no puede resistirlo. El tren se detiene; el tullido inicia una ligera carrera (¡oh, milagro!) al próximo vagón. Otra escena puede ser hincarse de rodillas en el suelo dando gritos de lamentación por todo el vagón, etcétera; todo depende de la procedencia del actuante, cuando no se emplean niños de meses en estado lamentable, etcétera. ¿No hay una autoridad que impida estos espectáculos? El viajero del metro se pregunta quién y por qué permite estas representaciones públicas. El madrileño ha demostrado ser de siempre generoso en donaciones y ayudas a necesidades. Al usuario del metro madrileño no le agradan en absoluto estas representaciones galdosianas. Si es cierto, que se corrijan socialmente; si no lo es, que se controlen por las autoridades, y si no se lo cree, venga usted a verlas, señor alcalde- F. García Ramos.

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