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La falta de controladores provoca el caos en el aeródromo de Palma de Mallorca

La práctica totalidad de los 40 vuelos que tuvo que operar Son Sant Joan, el aeropuerto de Palma de Mallorca, la madrugada del lunes sufrieron retrasos, algunos de hasta cinco horas. Las demoras afectaron a unos 6.000 pasajeros. La torre de control del aeródromo estuvo desde las diez de la noche del domingo hasta las ocho de la mañana del lunes con un solo controlador, debido a que la ya ajustada plantilla rechaza realizar más horas extraordinarias. Estos responsables del control de tráfico aéreo alegan que AENA les "toma el pelo" e incumple los acuerdos firmados.

El aeropuerto de Palma de Mallorca vivió la noche del domingo al lunes lo que puede ser el ensayo general del verano que se avecina para los sufridos usuarios de uno de los aeródromos más saturados de España. Los 40 vuelos que estaban programados entre las diez de la noche y las ocho de la mañana sufrieron importantes retrasos, algunos de ellos de hasta cinco horas, que afectaron a un total de 6.000 pasajeros. La causa de las demoras: que había un solo controlador en la torre en lugar de los dos habituales, según fuentes de Son Sant Joan. Uno de ellos cayó enfermo y no hubo nadie para sustituirlo. Durante ese intervalo sólo se pudieron operar nueve movimientos por hora.

El problema, según Juan María Gil, presidente del sindicato de controladores aéreos (USCA), es que "la ya ajustada plantilla no quiere hacer más horas porque AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) les toma el pelo".

Los controladores de Palma -unos 34 en estos momentos, frente a los 41 necesarios- se niegan a realizar horas extras y han solicitado a AENA que contrate a más personal debido a que el trabajo se ha incrementado notablemente en las últimas semanas. La dirección de Son Sant Joan cree que la conflictividad laboral en el centro de control palmesano volverá a repetirse en la próximas horas, informa Patricio Candia.

Aunque las compañías aéreas que operan en la isla intentaron adelantar sus vuelos para no verse perjudicadas, las demoras se fueron acumulando y la gran mayoría de los aviones se vieron afectados. Fue necesario adoptar una serie de medidas de urgencia, entre ellas, agilizar las salidas de los vuelos con destino a aeropuertos que cierran por la noche y dar prioridad a las salidas antes que a las llegadas.

A las diez de la mañana del lunes todavía había una veintena de vuelos, entre llegadas y salidas, que superaban los 60 minutos de demora. No obstante, la situación se fue normalizando, ya que desde las diez de la mañana volvió a haber dos controladores en la torre de Son Sant Joan.

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La dirección del aeropuerto calificó la situación de la madrugada del lunes de "caos" motivado por una "supuesta huelga encubierta de controladores", mediante bajas concertadas y negativas a realizar horas extras, pero dijeron desconocer los motivos de la misma.

La dirección del aeródromo se planteó incluso el cierre de las instalaciones durante la noche, ante el temor de colapso provocado por los numerosos aviones que no podían despegar.

"Verdadero desastre"

Fuentes del aeropuerto señalaron que, si esta situación se hubiera vivido durante el día, "habría provocado un verdadero desastre". Aunque ni la torre de control ni el centrol de control aéreo del aeropuerto dieron explicaciones, el presidente del USCA señaló que los controladores de Son Sant Joan "se están limitando a hacer su trabajo, negándose a hacer horas extraordinarias, porque AENA está incumpliendo lo firmado en los módulos de ampliación de jornada". Gil afirmó que esta situación podría extenderse al resto de aeropuertos españoles de no ponerse pronto solución al problema.

Ante la escasez de controladores, AENA puso en marcha el pasado mes de mayo una serie de medidas que incluían la ampliación de jornada (a 15.000 pesetas la hora extra) voluntaria entre los controladores.

Juan María Gil aseguró que "están en juego" esas medidas que se negocian esta semana con el Gobierno para paliar el déficit de controladores durante el verano, debido a la "falta de iniciativa, de gestión y de decisión de AENA". Gil subrayó que la situación "discriminatoria" de los controladores en Palma hace plantearse al USCA la posibilidad de no firmar un acuerdo con el Gobierno y negó que la actuación de los controladores de Palma sea una huelga encubierta.

Quien tampoco dio ninguna explicación fue la propia AENA. Mientras en el aeropuerto de Palma los controladores dan el primer aviso, el Ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, y los principales directivos y responsables de la navegación aérea en España inauguraban ayer en Canarias el aeropuerto de La Gomera, la única isla del archipiélago que no disponía de infraestructura aérea, que ha supuesto una inversión de 3.878 millones de pesetas.

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