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EL CAMINO HACIA LA PAZ Política y diplomacia

Alemania decide ampliar su participación en la Kfor hasta los 8.500 soldados

Pilar Bonet

, El Parlamento alemán (Bundestag) autorizó ayer el reforzamiento del contingente militar de este país que participará en las tropas de pacificación de Kosovo (Kfor), que pasa de 6.000 a 8.500 soldados. La sesión del Bundestag rindió ayer tributo a los esfuerzos diplomáticos realizados por el canciller federal, Gerhard Schröder, el ministro de Exteriores, Joschka Fischer, y el ministro de Defensa, Rudolf Scharping. De 540 votos emitidos, 505 diputados estuvieron a favor de la ampliación de tropas, 24 en contra y 11 se abstuvieron. El fin de la guerra en Yugoslavia supone un espaldarazo para Schröder y los dos partidos de la coalición gubernamental (el socialdemócrata -SPD- y los Verdes) ante las elecciones europeas de mañana. Esta influencia, sin embargo, puede verse neutralizada con los asuntos de política interna, donde el balance de la gestión del Gobierno no se percibe tan positivamente. La contienda ha sometido a tensiones tanto a los socialdemócratas como a los Verdes. Estos últimos, sobre todo, han tenido que replantearse el pacifismo, uno de sus principios fundacionales. A corto plazo, ambos partidos han superado la prueba con éxito. Para Alemania la guerra ha supuesto un salto cualitativo. "La crisis de Kosovo ha transformado a la potencia económica alemana en una potencia de la diplomacia", señalaba ayer un diplomático europeo en Bonn. Durante la guerra, Alemania se ha esforzado por reconducir el conflicto hacia el ámbito de las negociaciones y hacia Naciones Unidas, así como por integrar a Rusia. A lo largo del proceso, esta línea provocó diversos momentos de tensión entre bastidores con los estadounidenses, que estaban más inclinados a una actuación expeditiva frente a Milosevic. Alemania mantuvo la unidad con Washington y los miembros de la Alianza incluso cuando el bombardeo de la OTAN sobre la embajada China, en vísperas de un viaje de Schröder a Pekín, echó a perder una visita que había sido preparada cuidadosamente por la cancillería y que debía haber permitido a la economía alemana relanzar sus relaciones con China. Tras el bombardeo de la Embajada, la delegación de empresarios que debía acompañar al canciller no viajó a Pekín y la visita se redujo a su mínima expresión. El ministro de Defensa, Rudolf Scharping exhortó ayer de forma bastante clara a los serbios para que aparten a su líder del poder: "Tomad vuestro destino en vuestras propias manos. No lo dejéis en manos de un dictador, venid hacia Europa", manifestó el ministro.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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