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BALONMANO Campeonato del Mundo

España es ya el "coco" en Egipto

La selección que dirige Juan de Dios Román asusta tras su paso por la fase preliminar

Leontxo García

La selección española es el nuevo ogro del balonmano mundial. Los jugadores españoles explotan con inteligencia sus recursos y forman un bloque difícil de romper. Tras darse un paseo triunfal por el Grupo A en la ronda preliminar del campeonato, se enfrentarán mañana a los débiles brasileños en octavos de final con la mirada puesta en el dramático duelo de cuartos, probablemente contra Francia.Juan de Dios Román, el entrenador de los españoles, sólo se relaja de madrugada, cuando se sienta a la luz de las estrellas para charlar con sus ayudantes. Sabe que dirige un equipo formidable, aspirante a medalla, pero también que bastaría jugar mal el viernes para darse de bruces con el fracaso y pasar a la triste pelea por el 5º puesto, el techo de España en los campeonatos mundiales.

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El seleccionador se enciende ante las preguntas de cariz negativo. Por ejemplo: ¿qué tal Entrerríos?, en referencia al lateral izquierdo, la nueva estrella de la Liga Asobal (Asociación de Clubes de Balonmano), y que el domingo jugó mal frente a Dinamarca. "¿Por qué no me preguntan por los que juegan bien?", respondió enojado. También le preocupa mucho el central Duishebáiev, elegido varias veces como el mejor jugador del mundo, pero lastrado esta temporada por las lesiones y por su falta de adaptación a las peculiaridades de la Liga alemana.

Excelentes armas

Duishebáiev, nacido en Kirguizia pero muy integrado en España, sigue siendo el cerebro genial, el director de una orquesta bien conjuntada. Sin embargo, ya no prodiga sus imposibles goles de antaño, las maravillas que pueden hacer añicos a defensas como la rusa, con cuatro armarios de más de dos metros en la zona central. El otro central, Pérez Canca, también es inteligente y hábil, pero no un genio. Entrerríos y Duishebáiev quizá resulten imprescindibles para derrotar a los grandes: Francia, Rusia en semifinales y Suecia en la final, si se cumplen los pronósticos. Sin embargo, España ya asusta con las excelentes armas exhibidas. El portero Barrufet desesperó a los jugadores daneses; y tanto Fort como Núñez pueden suplirle con suficientes garantías. Los extremos Guijosa y Carlos Ortega producen constantes pesadillas a los defensores. El artillero Lozano hizo olvidar a Entrerríos el domingo; en el otro lateral, Urdangarín no estuvo fino en ataque, pero defendió muy bien; y Mariano Ortega es un suplente de lujo. En el pivote, Shepkin (ucranio nacionalizado) y Juancho Pérez son dos muros, y Román quiere que tengan más movilidad ofensiva. Quedan tres hombres peculiares, que juegan mejor en la selección que en sus clubes: Olalla (lateral izquierdo) está sembrado adelante y atrás; sacar a Ugalde como defensa avanzado es como soltar un tigre en la pista; y Urdiales es un excelente recambio para Carlos Ortega, sobrecargado de partidos, en el extremo derecho.Los puntos débiles se resumen en una palabra: corpulencia. Pero aunque las españolas aún no den a luz a hombres de dos metros en suficiente cantidad, la selección ha ganado dos medallas de plata en campeonatos europeos y una de bronce en Atlanta96 en tres años con un esquema muy eficaz: defensa de granito, contraataques fulminantes e ingenio a raudales en el ataque estático. De ahí que sea temida como el nuevo coco del Mundial.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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