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Bélgica prohíbe el sacrificio de terneras por temor a que también tengan dioxina

Estados Unidos bloquea las importaciones de pollo y cerdo de toda la Unión Europea

Primero fue el pollo, luego el cerdo y ahora la ternera. Todos los animales alimentados con piensos en Bélgica están en el ojo del huracán después de que el Gobierno de aquel país reconociera ayer que al menos 70 explotaciones de vacuno pueden haber utilizado alimentos contaminados con dioxina. Los mataderos para vacuno, pollo y porcino han quedado clausurados hasta el lunes. La UE decidió extender al porcino y el vacuno el bloqueo a las exportaciones belgas. Mientras, Estados Unidos decidía anoche bloquear las importaciones de pollo y de cerdo de toda la Unión Europea.

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La Comisión Europea ya prohibió el miércoles la exportación desde Bélgica de pollos, huevos y productos derivados fabricados con materia prima salida de las 416 granjas sospechosas entre el 15 de enero y el 2 de junio. Ayer, los comisarios Franz Fischler (Agricultura) y Emma Bonino (Consumo) acordaron proponer la extensión de esa medida a los sectores del porcino y el vacuno. La medida será aprobada hoy por el Colegio de Comisarios y será extendida a cualquier otro sector alimentario que haya tenido contacto con los piensos contaminados con dioxina.La crisis puede tener enormes consecuencias políticas y económicas en Bélgica. El primer ministro, Jean-Luc Dehaene, que ayer se encontraba en Colonia asistiendo al Consejo Europeo y se presenta a la reelección como "la locomotora" de su partido, los conservadores flamencos del CVP, puede acabar pagando la cuenta de este festín.

Los dos ministros dimitidos son flamencos (uno del CVP y otro socialista), los productores intensivos de pollo y de cerdo están en Flandes, la empresa Verkest, que aparece en el origen del envenenamiento es también flamenca. Hasta una crisis como ésta es analizada en Bélgica desde el prisma regional, y el sur francófono se siente pagano de un problema del que culpa al norte flamenco, mientras las televisiones francófonas explican las bondades de las granjas ecológicas valonas.

En el plano económico los daños serán catastróficos en un sector, el alimentario, que mueve 880.000 millones de francos belgas al año (3,5 billones de pesetas). Los productores de pollo temen perder 120.000 millones de pesetas. Los fabricantes de mayonesa exportan por valor de 16.000 millones de pesetas y los de helados venden en el exterior 30.000 millones de pesetas. Pero ahora sus ventas, aunque sus productos puedan estar en buenas condiciones, caerán en picado.

Las consecuencias de la crisis cruzaron ayer el Atlántico. El departamento estadounidense de Agricultura decidió anoche dar instrucciones a sus inspectores para bloquear preventivamente las importaciones de toda la carne de pollo y de cerdo proveniente de la Unión Europea, sin distinguir si es de origen belga o no, según indicó su portavoz Chris Church.

Canadá adoptó, casi simultáneamente, una medida más restringida. La Agencia de Inspección de Alimentos de aquel país anunció la prohibición temporal de importar aves, huevos y productos porcinos procedentes de Bélgica.

Bloqueos unilaterales

Antes de que la CE hubiera decidido, a media tarde de ayer, bloquear las exportaciones belgas de porcino y vacuno, algunos países de la UE se habían lanzado a adoptar medidas de forma unilateral. Italia ya había prohibido la entrada de porcino, como también hizo el Estado alemán de Brandenburgo. El Reino Unido criticaba con dureza a Bélgica por su tardanza en reaccionar a la crisis. Francia señaló que no había detectado en su territorio rastro de dioxina, pero que actuará "en caso de peligro".En medio de un caos generalizado, las grandes superficies belgas retiraron ayer todos los alimentos que contienen más de un 2% de huevo en su composición. Estanterías enteras de mayonesas, cremas, bollería, pastelería, helados, multitud de platos precocinados, pastas y potitos para bebé. Hasta 800 alimentos contienen la sustancia maldita. Al mismo tiempo reaparecían los pollos, y los huevos sometidos ya al análisis sobre su procedencia y con certificado de garantía sobre la ausencia de dioxina.

Los pequeños comerciantes, en cambio, actuaban en todas direcciones. Unos retiraban los productos apestados. Otros esperaban instrucciones más precisas. "Espero a que mi proveedor me envíe un fax con la lista de productos que tengo que retirar", comentaba un pequeño comerciante. En un país en el que a veces los vendedores parecen no querer vender, los tenderos parecían en su salsa: "Vale más que no compre mayonesa", aconsejaba uno.

Hasta ahora se consideraba al vacuno fuera de peligro porque en la actualidad se realizan análisis permanentes de la leche para controlar las tasas de dioxina. Pero el nuevo ministro de Sanidad, Luc van den Bossche (que sigue siendo al mismo tiempo ministro del Interior), confirmó ayer que al menos 70 criadores de vacuno han podido utilizar piensos con dioxina. Nadie entiende cómo es posible que después de la crisis de las vacas locas se hayan utilizado grasas animales para fabricar piensos para el vacuno, un animal vegetariano. El ministro Van den Bossche puntualizó anoche que los estudios sobre el vacuno son preventivos. "Estamos investigando a todas las granjas de criadores que han comprado piensos a las empresas que adquirieron grasas animales al fabricante Verkest", afirmó el ministro. "El Gobierno ha tomado esta medida al descubrir que la lista de empresas a las que se ha suministrado piensos peligrosos es más larga de lo que se nos había dicho. Se trata de no correr más riesgos hasta que tengamos la seguridad de cuál es la lista definitiva", explicó.

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