Baile de cifras en la venta de Sureña a un empresario cordobés
La Plataforma en Defensa de Sureña, compuesta por sindicatos, partidos políticos e instituciones, confirmó ayer las negociación por parte del empresario cordobés Rafael Gómez para hacerse con la gestión de la fábrica de cervezas. El presidente del comité de empresa, Antonio Salamanca, afirmó que tiene constancia de la oferta del joyero, pero no supo decir a qué cantidad ascendería la operación y si ésta está o no cerrada. A este respecto, Diario de Andalucía, del que el propio Gómez es accionista, informaba ayer de que la operación se ha cerrado con un coste de 2.300 millones de pesetas. Sin embargo, se ha manejado la posibilidad de que la compra esté aún abierta, cifrándose la cantidad a pagar en 4.000 millones. Según fuentes municipales que han tenido acceso a la negociación, el baile de cifras en la valoración de la empresa se debe a que hay que determinar exactamente cuáles son los activos de Sureña, así como la situación laboral de los trabajadores. Al parecer, en el inventario de la fábrica se recoge la existencia de maquinaria y grifos de cerveza que ya han sido retirados, de ahí el baile de cifras, según se contemple la inclusión o no de estos elementos. En cualquier caso, los miembros del comité de empresa se mostraron ayer ilusionados con la posibilidad de que las negociaciones lleguen a buen final, por lo que anunciaron la paralización de las movilizaciones en espera de resultados. No obstante, entre lo representantes de los trabajadores se transparentaba un cierto malestar, siempre disimulado, por el hecho de haberse enterado de las negociaciones a través de la prensa. Hasta el momento, Rafael Gómez no ha tenido contactos con el comité de empresa ni con los sindicatos. Asimismo. Ayer le pidió a Manuel Chaves apoyo financiero para la operación, que se cerraría el lunes. El conflicto de Sureña se abrió el pasado 9 de abril cuando la empresa colombiana Bavaria, propietaria de la fábrica, anunció su intención de cerrar las instalaciones al tener unas pérdidas acumuladas de 9.500 millones de pesetas.
