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India descarta el uso de armas nucleares en el conflicto de Cachemira

ENVIADO ESPECIALIndia y Pakistán mantenían ayer la expectativa de una negociación diplomática para resolver el estallido militar en Cachemira, mientras a Nueva Delhi comenzaban a llegar testimonios de la impotencia de los miles de desplazados a ambos lados de la frontera que han tenido que dejarlo todo para escapar a los bombardeos. Pakistán volvió ayer a insistir en la muerte de tres niños por los disparos de los artilleros indios, y, como el día anterior, los portavoces oficiales indios etiquetaron como "mentiras" tales alegaciones. El ministro de Asuntos Exteriores indio, Jaswant Singh, descartó que el actual conflicto vaya a degenerar en una guerra nuclear.

Singh habló anoche para la BBC, y después de manifestar sus dudas sobre los resultados de la prevista visita de su colega paquistaní, Sartaj Aziz, para la que se sigue sin fecha concertada, declaró que "no habrá guerra nuclear" por Cachemira, dada la contención india y su compromiso de no ser jamás el primero en usar el arma atómica. A nadie en Nueva Delhi se le había pasado por la cabeza que ambos países fueran a recurrir al arma más destructiva para saldar el contencioso cachemir, y casi todos descartan que vaya a haber una guerra convencional, si bien consideran factible un enquistamiento durante meses del problema.

Difícil operación

Singh no percibe voluntad negociadora en Islamabad, "que sigue apoyando a los intrusos". La difícil operación de limpieza de las posiciones ocupadas por los islamistas propaquistaníes continúa dando resultados positivos, según los portavoces oficiales de Nueva Delhi, que a duras penas ofrecen detalles del desarrollo de la campaña. El Gobierno indio insiste en la presencia de "numerosos soldados regulares paquistaníes" entre los invasores y de bajas entre ellos, pero no da pruebas creíbles sobre el particular.A preguntas planteadas el martes y que quedaron sin respuesta inteligible, el general Mohan Bandari, portavoz de turno, respondió ayer que es difícil obtener pruebas "porque el Ejército paquistaní no quiere que se sepa de su implicación y se lleva a sus muertos para evitar que caigan en manos indias". Escena difícil de creer, la de los agresores bajando de las posiciones arduamente conquistadas en zonas con más de un metro de nieve llevándose los cadáveres de vuelta a Pakistán.

Quienes más están sufriendo las consecuencias de la guerra son los muy pobres habitantes de las localidades a ambos lados de la frontera, que apenas sobreviven del cultivo de productos de montaña y del ganado. Decenas de miles de ellos han sido evacuados de sus pueblos, sin luz ni agua corriente.

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