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Kvaerner aplaza hasta el lunes su decisión sobre el futuro de Mecapeña

El Consejo de Administración de Mecánica de la Peña (Mecapeña) se cerró ayer sin alcanzar un acuerdo definitivo sobre el futuro de la firma. El socio mayoritario, la multinacional anglonoruega Kvaerner, que cuenta con un 55% del capital, no se comprometió a apoyar el saneamiento de la empresa y aplazó su decisión hasta el próximo lunes. Mecapeña, que cuenta con un pasivo de cerca de 15.000 millones de pesetas, precisa de un gesto de Kvaerner para tranquilizar a sus acreedores.

Los más de 25 bancos acreedores de la firma han pedido al Consejo de Administración de Mecapeña, en el que también está presente el otro socio, la firma española Hi-Tec, que garantice el saneamiento de la compañía. Los acreedores estarían dispuestos a pactar una refinanciación de la deuda a corto plazo en deuda a largo por valor de 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros) y conceder una nueva línea de crédito por otros 4.000 millones. Como contraprestación exigirían a los socios unas garantías y que se hiciera frente a la deuda de 600 millones de pesetas vencida o a punto de vencer. Sin embargo, Kvaerner, que afronta su propia reestructuración interna, dejó ayer que se fueran sus representantes en el Consejo de Administración sin garantizar el futuro del fabricante vasco de bienes de equipo. En todo caso, los acreedores quieren que la firma asentada en Urduliz tenga liquidez durante seis meses para que la multinacional estadounidense McDermott haga efectiva su opción de compra por la participación de Kvaerner en Mecapeña, si finalmente la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) adjudica a McDermott el otro fabricante de bienes de equipo vasco, la pública Babcock & Wilcox. El plan industrial de McDermott para Babcock pasa por la creación de un grupo vasco de bienes de equipo en el que estarían integradas las dos sociedades y que centraría su actividad en Latinoamérica, África y algunas zonas de Europa. Así las cosas, el socio de Kvaerner, Hi-Tec, tiene hasta el lunes de plazo para convencer a la multinacional para que establezca unas garantías que permitirían que la empresa pueda integrase en este proyecto industrial. El Gobierno vasco ya ha anunciado que si Kvaerner se mueve, la Administración harán un esfuerzo para apoyar el saneamiento de la Mecapeña. Esta empresa da empleo a 450 personas y entró en pérdidas el pasado año tras el fracaso de un proyecto de construcción de una central térmica en Chile.

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