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Díaz-Plaja relata sus recuerdos de la guerra civil en "Todos perdimos"

Según Fernando Díaz-Plaja, un barcelonés que prefiere Madrid, hoy nadie quiere ser de derechas, y él se define como "un viejo liberal" al que le gustan aspectos de unos y de otros. Y desde esta perspectiva ha publicado Todos perdimos. Recuerdos de la guerra incivil (Maeva), que ayer presentó en Madrid. Eso sí, reconoce que unos ("las izquierdas") perdieron más que otros.El relato, referido de sus recuerdos personales, comienza en 1937 cuando el autor de Los siete pecados capitales tenía 18 años. "Para mí, el 18 de julio del 36 toda la culpa es de un ejército que se subleva contra la voluntad popular y contra un Gobierno legítimo. Pero tres días después, cuando se reparten armas a los habitantes de Madrid, eso se convierte en una revolución y todo el mundo enloqueció. Para mí todos eran iguales, no hubo persecuciones más cainitas que otras. Nadie tenía razón en esa guerra", explicó el autor. Y él acabó siendo un cínico con 20 años, dijo.

Entre otros recuerdos, Díaz-Plaja rememora el puritanismo de los anarquistas de la CNT en Barcelona ("quemaron todas las revistas pornográficas y a las putas las metieron en centros de reeducación") y el poder de las porteras, que actuaban como delatoras.

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