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El escaso dominio de los idiomas merma la eficacia del Sócrates

Coordinadores en 32 universidades reclaman más fondos

Muchos de los universitarios europeos que viajan a una universidad extranjera para cursar parte de sus estudios se encuentran al llegar con un mismo inconveniente: el nivel de conocimientos de la lengua del país no es suficiente para seguir las clases correctamente. Éste es el principal problema del programa Erasmus, creado en 1987, de intercambio de estudiantes entre universidades europeas, según expusieron la pasada semana en Madrid los coordinadores de 32 universidades españolas del programa Sócrates, creado en 1995 para ampliar el campo de acción del programa Erasmus. Estos expertos se reunieron en unas jornadas organizadas dentro de Expolingua, la feria anual de los idiomas, que dedicó la pasada semana su duodécima edición al idioma y a la cultura alemanas. La solución que proponen es que la Comisión Europea -que de momento tiene pendiente la presentación del Sócrates 2000, una nueva etapa de cinco años del programa- aumente los fondos que dedica a la enseñanza de idiomas.

El problema del insuficiente conocimiento de los idiomas es menor entre los estudiantes que eligen para estudiar en el extranjero una de las tres lenguas mayoritarias: inglés, francés y alemán. Y tampoco suele afectar a los estudiantes de filologías. Las dificultades se agravan cuando los alumnos acuden a un país o región donde se habla una lengua cuya enseñanza está poco extendida. En este caso, suelen programarse las lecciones en inglés. Así se evita que el estudiante pierda sus clases, pero a la vez se retrasa su aprendizaje de la lengua local y se entorpece el intercambio cultural fuera de las aulas, una de las prioridades del programa.

Los coordinadores quieren que los alumnos aprendan mejor el idioma del país en el que van a realizar un curso antes de marcharse y que reciban clases a su vuelta, para conservarlo. Marinela García, coordinadora del Sócrates en la Universidad Politécnica de Madrid, sugiere potenciar el uso de las tecnologías (crear aulas virtuales, tutorías electrónicas, videoconferencias). "Hace falta un mayor compromiso y un esfuerzo de imaginación por parte de las universidades", explicó García.

Conocimientos mínimos

Otro problema detectado por los coordinadores españoles es que a los estudiantes extranjeros que acuden a estudiar a España no se les exige en su universidad de origen un nivel mínimo de español. "El nivel de español de los estudiantes extranjeros es muy diferente y depende de su procedencia", cuenta García. A los estudiantes españoles sí se les exige un nivel de conocimiento mínimo del idioma extranjero. Entre los objetivos del Sócrates están facilitar la movilidad del profesorado y promover la integración cultural y la conciencia de ciudadanía entre los jóvenes europeos. Para ello, cuentan con otros programas como el Lingua (aprendizaje de idiomas) y el EAD (de enseñanza a distancia).

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